OPINIÓN | Añoranzas del café manabita

Por: Pedro Pablo Jijón O.

En días pasados tuve el privilegio de ser invitado por la familia Heredia Reyes, a la ciudad de Jipijapa, con la finalidad de, como dice Anita Lema “cafetear”, probar el afamado café que se produce en este sector, conocida como la Sultana del Café.

El primer contacto con esta bebida lo hice en el terminal terrestre de Jipijapa, don Bolívar Mendoza con un puesto de venta de café, la pared con menciones y reconocimiento a su labor, me entretuvo algunos minutos con su amena conversación sobre la historia comercial de Jipijapa y de Manabí gracias a este producto ya mítico de esta zona del país.

Ya en casa de mis anfitriones, pude degustar de un típico desayuno manabita, tortillas de maíz, corviche y varias tazas de café especial, ganador del evento Taza de Oro del año anterior. Y la sobremesa, amena conversación con un selecto grupo de Líderes de organizaciones cafetaleras de la zona.

El consumo mundial de café continúa en aumento a nivel mundial, por varias razones como aumento de población, descubrimiento de los beneficios para la salud de su consumo, países de Asia y Europa lo demandan cada vez más, los estudiantes y oficinistas lo consumen  mucho, la cafeína es un gran energizante natural y por el simple gusto de beberlo.

El cambio climático afecta seriamente a los cafetales, los altos costos de producción, plagas, sequías y como siempre la letal intermediación. Ecuador tiene una capacidad excepcional para producir café por su ubicación geográfica y sus diferentes pisos climáticos, puede ser sembrado a lo largo y ancho del país, llegando a ser considerado como uno de los mejores cafés de América del Sur y de gran demanda en Europa.

En el sur de Manabí gran productor de la variedad de Café Arábigo, cursa por un incierto futuro por causas arriba expuestas. Es hora que los líderes agropecuarios tomen acciones claras y objetivas, convocar a un gran fórum de productores cafetaleros donde expresen las posibles soluciones, articular con instituciones como Prefectura Provincial, alcaldías, ministerios como de Agricultura, Comercio Exterior y conformar un gran corporación de productores agropecuarios de Manabí con verdaderos líderes del sector.

Es necesario actuar ya, por tradición, por cultura, por el pequeño productor, y por la economía de Manabí y del Ecuador. Es tarea de todos.

 

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