En Santo Domingo de los Tsáchilas no todos los policías tienen chalecos antibalas

Los policías caminan en pareja a lo largo de la calle 29 de Mayo en Santo Domingo de los Tsáchilas. Es una vía de alta concentración de comercios y compradores.

La zona es considerada como una de las más conflictivas de esta ciudad, porque casi a diario suceden robos de pertenencias contra personas.

La mayoría son por arranches de objetos de los que se apropian jóvenes de conducta sospechosa. Por eso los patrullajes de los agentes se realizan a pie. Ellos no portan chalecos antibalas sobre sus camisas de color crema.

Uno de los agentes dice que se acaba de integrar a la institución policial y aún no le proporcionan ese accesorio que es parte de la dotación que debe llevar todo policía.

Una agente que le acompaña asegura que sigue el proceso de entrega del chaleco con preocupación, porque no sabe en qué momento podría ocurrir algún altercado en el que debiera ser necesario para protegerse.

Otros uniformados cuentan que la falta de esa protección es más palpable en los que se integraron a la tropa hace dos años. No hay una cifra de cuántos chalecos hacen falta para los uniformados en la provincia Tsáchila. Pero el general, Luis Lara, jefe de la zona 4 de la Policía en Santo Domingo y Manabí, asegura que sí se hizo una renovación.

No precisó en qué fecha ni el número de chalecos que se pusieron a disposición de los agentes y aclaró que las dos provincias no registran inconvenientes por ese equipo de dotación. Lara sostiene que es un tema que lo maneja directamente la Dirección General de Logística.

Pero en las vías de Santo Domingo hay policías que realizan operativos sin el chaleco antibalas. Otros, en cambio, sí lo portan.

En el anillo vial del sector Santa Martha, uno de los agentes con grado de cabo contralaba a motorizados que circulaban por el lugar el último lunes. Estaba sin el chaleco de color negro, mientras que su compañero sí lo llevaba adherido a su cuerpo. La entidad policial informó que hay casos en los que uniformados dejan sus chalecos en los patrulleros.

Mientras que otros los han perdido y se les ha iniciado un proceso de sanción. Según registros de la Inspectoría General de la Policía Nacional, el año pasado a escala nacional se reportó la pérdida de 48 equipos de dotación, mientras que en el 2017 fueron 41. (El Comercio)

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