OPINIÓN | Subasta de café

Por: Pedro Pablo Jijón

Días atrás tuve la oportunidad de ser invitado por el Directorio de la Asociación Nacional de Exportadores de Café (ANECAFE) al evento que ya se ha vuelto de importancia internacional y de gran expectativa dentro del sector productor cafetalero del Ecuador. La Taza Dorada.

Pensando en el café arábigo del sur de Manabí, mis recuerdos me llevaron a mi niñez, mis abuelos tenían una propiedad rentera en el centro de la ciudad de Guayaquil, en donde alquilaban departamentos personas de los alrededores de Jipijapa, estudiantes, trabajadores, comerciantes. En cierta época del año como el mes de agosto, todos ellos, desaparecían como por arte de magia, al preguntarles cuando los volvía a ver me respondían “es que empezó el pipeteo y nos fuimos a la cosecha”. Desde allí, a mi corta edad entendí la importancia de este cultivo y el amor de los manabitas por el campo y el café.

Luego al recorrer el país por temas de trabajo, en Zaruma, su exquisita gastronomía siempre acompañada del fragante café de altura, me demuestran que es parte de la Tradición y el arte nacional.

Hoy por hoy el Café Arábigo se cultiva en todo el Ecuador, desde las zonas de bosque seco del sur de Manabí, la Amazonía, hasta en las estribaciones de la cordillera de Los Andes, es decir en la gran mayoría de provincias del Ecuador. Y es que el café en un cultivo de alta adaptabilidad y de utilidad medioambiental.

Los diferentes pisos climáticos que posee el Ecuador permiten un importante desarrollo de los llamados cafés especiales, de gran demanda en el mercado mundial. Durante el evento Taza Dorada, expertos jueces catan y clasifican los cafés especiales detectando raros sabores florales y frutales para luego mediante puja de subasta adquirirlos y comercializarlos en sus respectivos países de las zonas de Norteamérica, El Caribe y Asia llegando a pagar valores mucho más altos a los referidos por la Bolsa de Productos Internacionales.

A mi criterio la parte más importante y emotiva del evento Taza Dorada, es ver en los ojos de pequeños productores cafetaleros la emoción al anunciarse sus nombres y los de sus provincias como ganadores por su arduo y amoroso trabajo de campo, la emoción de que sus cafés están siendo subastados delante de ellos en pecios nunca imaginados por el alto valor, la alegría de recibir un trofeo, la satisfacción económica por la venta de su café a los mismos compradores internacionales y luego, sentados juntos a la misma mesa en la cena de fin del evento, los productores, representantes de instituciones del Estado, empresarios, industriales, compradores internacionales, como promesa de hermandad y significado profundo de que juntos podemos hacer del agro el primer rubro de la economía del Ecuador.

Articulación perfecta, entre los productores cafetaleros, Instituciones del Estado, Industria, Prensa. Ejemplo digno de ser replicado por otros gremios para el desarrollo total de sus sectores y del País entero.

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