Brittanny y Patricia, dos hermanas de 4 y 7 años, fueron asesinadas la mañana de este viernes 25 de noviembre dentro de su casa en la cooperativa Janeth Toral, en el noroeste de Guayaquil. Horas después, en la misma zona, se halló el cadáver de un hombre que sería sospechoso de este doble crimen.
La madre de las niñas las encontró sin vida luego de volver de dejar a su hija mayor en la escuela, a las 07:15. Ella había salido a las 06:45 de la casa dejando a las menores dormidas.
Se presume que en ese momento el sospechoso ingresó a la vivienda, que no tenía candado, y abusó y degolló a las hermanitas que fueron encontradas por su madre en el filo de la cama. Estaban envueltas en una sábana.
A las 16:00, a cinco cuadras de la casa de las menores, un hombre del sector fue asesinado a golpes. El sujeto habría sido linchado por los moradores; el cuerpo fue hallado en la cooperativa Balerio Estacio, con golpes y maniatado.
Solo llevaba puesto un pantalón corto. Se conoció extraoficialmente que el fallecido habría tenido un desorden mental.
El coronel William Herrera, jefe de la Dinased Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), mencionó durante el levantamiento de los cuerpos de Brittany y Patricia que hay indicios de que fueron abusadas sexualmente y que se realizarían las pericias respectivas para corroborar o descartar esa sospecha.
El policía sí confirmó que las niñas presentaban un corte en la garganta y que la autopsia revelaría si esa fue la causa de muerte o si ya estaban muertas cuando les cortaron el cuello.
Carlos Perugachi, jefe de Criminalística, refirió que en la escena del doble crimen no se encontró el arma blanca con la que se perpetró el ataque (corte en el cuello), pero sí hallaron un destornillador con el que habría causado varias heridas a las niñas, una gorra roja y hasta una colilla de cigarrillo.
Los vecinos comentaron apenados que cuando la madre de las niñas volvió a la casa, empezó a gritar y a pedir auxilio.
“Mis hijas, mis hijas, qué les pasó a mis hijas”, decía. Escuchamos y salimos a tratar de ayudarla”, relató uno de los moradores del sector.
Luego llegó al sitio una ambulancia del Cuerpo de Bomberos, ahí los paramédicos confirmaron el deceso de las hermanas.
El padre de las niñas estaba trabajando y volvió a su casa cuando su familia le informó del deceso de sus hijas.
Al lugar, de difícil acceso, arribaron personal de Dinased y algunos agentes de Criminalística. El carro de Medicina Legal también llegó a lo alto de la loma donde vivían las hermanas para trasladar los cuerpos a la morgue.
En lo que va del 2022, al menos 67 menores han sido asesinados en la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón).
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