Desvelan contenido de cartas de Chikatilo, el asesino en serie más sanguinario de la URSS

El asesino en serie más salvaje de la URSS, Andréi Chikatilo, contó la historia de su vida en una serie de cartas, según reveló uno de los principales investigadores del caso del ‘Carnicero de Rostov’.

En un nuevo documental titulado ’30 mitos sobre Chikatilo’, Víktor Burakov, ex mayor general de la Milicia, tal y como se denominaba la Policía soviética, desveló los detalles de la búsqueda, captura e interrogatorio de este sanguinario psicópata, responsable de 53 asesinatos cometidos entre 1978 y 1990.

En su última entrevista —el veterano funcionario de orden público falleció este 20 de julio— Burakov relató que en la misma celda de Chikatilo en la prisión preventiva de la KGB fue recluido un preso condenado por fraude. Este último, en colaboración con los agentes, le habló al maniaco de un abogado muy hábil que estaba dispuesto a hacerse cargo de su defensa. Esto hizo que se ganara la confianza de Chikatilo, que escribió varias cartas al supuesto letrado relatándole sobre su vida y sus crímenes.

Sin embargo, las misivas no llegaron a ningún abogado, sino que acabaron sobre la mesa de los investigadores.

En estos materiales, Chikatilo contaba sobre su infancia y adolescencia, en particular, sobre el hambre que pasó y cómo una vecina había intentado violarle cuando tenía catorce años.

Asimismo, escribió que cuando regresó del servicio militar, muchas mujeres trataban de seducirle, pero él no podía responder recíprocamente ya que tenía problemas de índole sexual.

El filme, de 55 minutos de duración, aborda multitud de secretos que despertaban dudas entre los expertos en historia de la criminología. Por ejemplo, los veteranos de la investigación desvelan en él que, debido a que sufría una enfermedad mental, no se debía haber ejecutado a Chikatilo, pero se acabó dictando una pena de muerte contra él como consecuencia de la presión ejercida sobre la Justicia.

Cazando al asesino
La mayoría de las víctimas del ‘Carnicero de Rostov’ fueron mujeres y menores, siendo su víctima más joven un niño de tan solo siete años.

La crueldad de sus crímenes superaba todos los límites: mataba a algunas de sus víctimas con decenas de puñaladas; cometía torturas y violaciones con ensañamiento, realizaba —a veces con sus propios dientes— terribles amputaciones, unas acciones que le proporcionaban un malsano placer sexual.

En diciembre de 1985, arrancó una operación especial controlada por el Comité Central del Partido Comunista de la URSS. Este juego del gato y el ratón entre el astuto y despiadado asesino y las miles de personas que lo rastreaban duró varios años, pues el criminal no fue capturado hasta el 20 de noviembre de 1990.

Chikatilo fue finalmente condenado a muerte en 1994, en una sentencia que fue recibida con aplausos, y fue ejecutado con un tiro en la nuca el 14 de febrero de ese mismo año.