La muerte de un pequeño, ocurrida el pasado 11 de septiembre, ha generado gran conmoción en Inglaterra, pues el menor se ahogó por culpa del padre. El cuerpo del niño de tan solo 11 meses fue encontrado flotando en el río Irwell en Radcliffe, en el estado inglés de Bury.
Su padre, Zakari William Bennett Eko, de 22 años, lo tiró al río desde un puente. Desorientado, llegó a un bar y pidió una bebida. Después, varias personas entraron al lugar anunciando lo sucedido. En ese momento, Zakari confesó su cometido a un comprador, según diario Crónica.
La madre de la criatura, Emma Blood, dijo que el padre había salido con su hijo al mediodía a comprar leche. De ahí, no supo más hasta que le avisaron que su hijo estaba internado. Llegó a las siete de la noche a un centro de salud, cuando el menor ya estaba muerto. “Estuve abrazada a su cuerpo durante horas, le di un beso y me fui”, manifestó la madre.
“Estoy viva, pero ojalá estuviera muerta. Ahora quiero que me dejen tranquila llorar a mi hijo, que era todo el mundo para mí”, añadió.
El pequeño fue descubierto por personas que pasaban por el lugar. Poco después, la policía llegó con numerosas unidades de servicio de emergencia, lo sacaron y llevaron al hospital, sin embargo el infante no resistió y murió, según publicó El Caso.
Por otro lado, el padre fue detenido en espera del interrogatorio. En ese momento, no hizo ninguna declaración.
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