El pasado 15 de septiembre de 2025, el Grupo de Operaciones Militares de Ámbito Interno (GOMAI «Manabí») identificó una perforación clandestina en el poliducto que conecta La Libertad con Manta, una infraestructura clave para el transporte de combustibles en el Ecuador. El hallazgo se realizó durante un patrullaje de seguridad hidrocarburífera en el sector Puerto Rico, ubicado en el cantón Puerto López, como parte de los esfuerzos por proteger los recursos estratégicos del Estado y combatir el desvío de combustibles hacia el narcotráfico marítimo.
El operativo permitió localizar un acople ilegal en el tramo PK 79 del poliducto, donde los delincuentes habían instalado un dispositivo para extraer combustibles de forma ilegal, conocida como «pinchazo». Este método artesanal, que implica perforar la tubería con herramientas manuales y conectar mangueras para succionar el combustible, no solo representa un riesgo significativo para el medio ambiente, sino que también alimenta redes de narcotráfico mediante el uso de lanchas rápidas para el transporte de drogas. La evidencia fue entregada a las autoridades competentes, Petroecuador y la Policía Nacional, para que se continúen los trámites legales.
El poliducto Libertad-Manta, que transporta gasolina, diésel y gas licuado de petróleo (GLP) a lo largo de 1.469 kilómetros, ha sido históricamente vulnerable a este tipo de delitos, especialmente en áreas rurales y zonas cercanas al mar. En los últimos años, los «pinchazos» han aumentado drásticamente en Manabí, con un incremento del 200% en las perforaciones desde 2021. Solo en el 2024, la provincia registró 184 de estos incidentes, lo que evidencia el crecimiento de las operaciones ilícitas que afectan tanto a la economía local como a la distribución de combustibles en el país.
La intervención de las Fuerzas Armadas evitó que más de 5.000 galones de combustible fueran desviados hacia fines ilícitos, protegiendo recursos vitales para la nación. Este tipo de delitos no solo perjudica las finanzas del Estado, sino que también interrumpe el suministro de combustibles a estaciones de servicio y transportistas, generando un impacto directo en la economía nacional. En respuesta a esta problemática, las Fuerzas Armadas han intensificado sus patrullajes y operativos de vigilancia en los siete poliductos principales del país, con el objetivo de mitigar el robo de hidrocarburos y proteger los recursos estratégicos de Ecuador.
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