La actriz y presentadora ecuatoriana Cinthya Coppiano sorprendió a sus seguidores al revelar, a través de una serie de videos publicados en redes sociales, que recientemente tuvo que someterse a una delicada cirugía en Cartagena, Colombia. Aunque en un inicio parecía un procedimiento meramente estético, la realidad detrás de su paso por el quirófano fue mucho más compleja y dolorosa.
Coppiano explicó que hace 20 años fue víctima de un engaño que desconocía por completo. En aquel entonces, le aseguraron que la sustancia que le estaban inyectando en los glúteos era segura y que correspondía a un producto estético común. Sin embargo, tras una revisión médica reciente, se enteró de que lo que realmente tenía en su cuerpo eran biopolímeros.
Conmovida, la actriz relató: «El mundo para mí se me vino encima, porque a mí nadie me explicó que yo tenía biopolímeros. Se me vendió como un ácido hialurónico, me sentí súper mal, lloré, no sabía qué hacer, me tocó tomar una decisión muy difícil», confesó entre lágrimas.
Cinthya Coppiano no contó su caso por temor
La conductora aseguró que durante años prefirió no hablar del tema públicamente por temor y vulnerabilidad. «No había querido hablar por temor, inseguridad, sentirme vulnerable, y no tener a quien recurrir, no encontrar los brazos que me sostengan para darme la respuesta que necesitaba», admitió.

El descubrimiento se produjo durante una consulta médica en Cartagena, cuando el especialista le confirmó lo que llevaba dentro de su organismo. «Me cayó como balde de agua fría, me asusté, quería regresarme a Ecuador, lloré como una niña sin consuelo», recordó.
El médico fue claro con ella: la única alternativa para recuperar su salud era retirar de inmediato los biopolímeros. Aunque fue una decisión dura, Cinthya Coppiano decidió confiar. «Me dijo que debía retirar los biopolímeros, que iba a ser la mejor decisión y que no iba a pasar este proceso sola. Decidí confiar, mi intuición decía que también era lo mejor para mí», agregó.
En medio de esta experiencia, la actriz destacó el papel fundamental que jugó el cirujano Javier Soto, a quien describió con palabras de profundo agradecimiento. «El doctor Javier Soto fue como un ángel caído del cielo, veía mi problema con humanidad y compasión, se preocupó realmente en salvarme. Por eso y más estoy eternamente agradecida. Gracias por llenarme de tanto amor, era justo y necesario vivir este proceso de dolor con humanidad, empatía y buena actitud», expresó.
La revelación de Coppiano se suma a los testimonios de otras figuras del espectáculo latinoamericano que han enfrentado problemas graves por el uso de biopolímeros, una sustancia que ha generado múltiples denuncias en el ámbito médico y artístico.
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