La tarde de este jueves, un hombre murió a pocos metros de la puerta del hospital del Seguro Social en Cuenca. Según las primeras investigaciones, el individuo, quien era sospechoso de COVID-19, llegó desde Manabí junto a su familia por un camino alterno burlando todos los controles viales.
El vehículo en el que se movilizaban llegó hasta el ingreso al área de emergencia del hospital José Carrasco Arteaga ubicado en la parroquia Monay, al norte de la ciudad.
El gobernador del Azuay, Xavier Martínez, constató la situación y afirmó que el hombre, que estaba sentado en la puerta del copiloto, llegó sin signos vitales a esta casa de salud. Todo ocurrió dentro de una camioneta doble cabina que se estacionó a escasos metros de la puerta.
Independiente de los resultados del examen de COVID-19, Martínez aseguró que el cuerpo será inhumado o cremado para evitar un contagio general, mientras que la camioneta doble cabina será retenida y los familiares serán valorados médicamente en el IESS y luego detenidos.
Según la versión del hijo, el hombre de 63 años de edad tenía problemas para respirar y “le faltaba el aire”. La decisión de traerlo desde Manabí era porque allá “la situación está bien crítica, pues ni siquiera hay oxígeno para los enfermos”. Aseguró que ellos están radicados en Cuenca desde hace varios años y que no tuvieron ningún inconveniente en el camino para cruzar desde la Costa a la Sierra.
Autoridades investigarán cómo la familia arribó de Manabí a Azuay sin ser detectados por los agentes de tránsito. Martínez aseguró que los controles se mantienen en las rutas Cuenca-Molleturo-El Empalme, en el intercambiador de Guarganchucho, en Barabón, entre otros.
Esto lo reiteró porque ante la emergencia del coronavirus existe una restricción de movilidad entre diferentes provincias emitida por el Comité de Operaciones Emergentes. (El Universo)