Tres hermanos manabitas murieron tras ser tragados por la fuerte corriente de un río

ACarmelo Lucas se le hace difícil contar lo que sucedió con sus tres sobrinos sin que se le quiebre la voz. Mientras recuerda la forma en que prácticamente vio desaparecer a sus parientes, hace señas con las manos intentando que quienes lo escuchan, entiendan cómo ocurrió la tragedia.

Los hermanos Anthony, Irving y José Lucas Chávez llegaron junto a otros familiares desde la parroquia Charapotó, en Manabí, a disfrutar de una celebración familiar por motivo de un bautizo en el recinto El Vainillo, en Yaguachi, provincia de Guayas.

Pasaron un fin de semana agradable y estaban listos para retornar a su casa, en el recinto La Laguna. Sin embargo, las ganas de refrescarse un rato hicieron que acudan hasta una arenera, donde trabaja Carmelo, para pegarse un chapuzón en el río Bulubulu.

Según el entristecido familiar, los jóvenes de 18, 21 y 26 años estaban en la orilla del turbulento afluente. El reloj marcaba las dos de la tarde del lunes 20 diciembre cuando les pidió que salieran del agua para ir a la casa de su tía Ángela Lucas.

“Ellos dijeron que se iban a sacar la arena del cuerpo y se metieron al río. No avanzaron ni dos metros cuando vi que se hundieron. Yo pensaba que era una broma”, relató Carmelo a las autoridades policiales.

Rescataron a dos

En su intento por ayudarlos, junto a otros familiares se lanzaron al agua, pero debido a los trabajos de dragado que realizan en ese punto, sus vidas también corrían peligro. “Tuvimos que dejarlos nomás, porque si no también nos ahogábamos”, explicó con su mirada fijada en el agua.

Sin perder tiempo acudieron en busca de ayuda donde los bomberos de la parroquia Pedro J. Montero (Boliche) y en cuestión de minutos lograron encontrar a dos de los jóvenes, pero sin vida. El tercero, el mayor de todos, continúa desaparecido. Desde entonces la búsqueda por parte del personal de socorro de Boliche no ha cesado.

Creencia

Los moradores de la zona colocaron un mate con una vela encendida a fin de que los guíe hacia el cuerpo; pero esa creencia, al menos hasta la mañana del martes 21 , tampoco daba resultado.

Ángela, al enterarse de lo que había ocurrido con sus sobrinos, acudió al lugar de la tragedia para reconocer los cuerpos. No pudo contener las lágrimas.

Dinased llevó ambos cadáveres hasta la morgue del cantón Milagro. Mientras tanto, en el sitio donde se reportó la desgracia, los bomberos, moradores voluntarios familiares de las víctimas hacían todo lo que estaba a su alcance para encontrar el cuerpo de José Lucas Chávez.

En el área donde los tres hermanos perdieron la vida, maquinaria pesada extrae arena y todo tipo de material pétreo. Hay un letrero que indica la peligrosidad del sitio y la prohibición de ingresar al río. No obstante, esta advertencia parece que pasó desapercibida para los manabas.

Estrella Morocho fue una de las primeras moradoras en llegar al lugar y aseguró que ninguno de los tres jóvenes sabía nadar. “Parece que no leyeron los letreros o algo pasó, pero se metieron en este sitio que es bastante peligroso y esas son las consecuencias”, puntualizó.

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