Al menos 113 personas han muerto y más de 4.000 han resultado heridas a causa de las explosiones registradas el martes en el puerto de la capital de Líbano, según ha confirmado el ministro de Sanidad, Hamad Hasán, quien ha resaltado que decenas siguen aún desaparecidas.
Entre las víctimas de las explosiones hay ciudadanos extranjeros, tal y como han ido confirmando algunos gobiernos. Filipinas, por ejemplo, ha indicado que dos de sus nacionales han fallecido y otros once están desaparecidos, mientras que Egipto ha confirmado la muerte de dos de sus ciudadanos.
Los trabajos de búsqueda y rescate de supervivientes han continuado a lo largo de la madrugada del miércoles pero con mayor lentitud debido a los continuos cortes de electricidad ocasionados por las explosiones.
Los vídeos que circulan en redes sociales muestran una fuerte explosión que dio lugar a una gran columna de humo, tras lo cual se produjo una segunda deflagración de mayor potencia. Las sacudidas pudieron sentirse en las ciudades de Tiro y Sidón e incluso en Chipre, a 240 kilómetros.
Ante la situación, el Gobierno ha decretado el estado de emergencia durante dos semanas en la ciudad, mientras que la ministra de Información, Manal Abdel Samad, ha confirmado la creación de una comisión de investigación que presentará sus conclusiones en el plazo de cinco días.
Asimismo, ha manifestado que el estado de emergencia en Beirut, que ha sido declarado también zona de desastre, podrá ser prorrogado en caso de que las autoridades lo consideren necesario, según ha informado la agencia estatal libanesa de noticias, NNA.
Por otra parte, Abdel Samad ha desvelado que el Ejecutivo ha prometido importar la cantidad de maíz que se encontraba almacenada en el puerto, principal punto de entrada y salida de alimentos y materiales en el país, tras su destrucción a causa de las explosiones.
El Gobierno ha anunciado además la puesta en marcha de un mecanismo de importación de vidrio para las labores de reconstrucción, así como una limitación a los precios de venta de este material dentro del país.
No se conocen las causas hasta ahora
Las causas de las explosiones aún se desconocen, si bien los medios locales han informado de que se produjeron en una zona donde hay almacenes con explosivos. En estos momentos, la principal hipótesis es que las 2.750 toneladas de nitrato de amonio acumuladas en uno de ellos estallaron por las precarias condiciones de seguridad en el lugar.
El director de Seguridad Nacional, Abbas Ibrahim, ha explicado que en el puerto se guardan los explosivos incautados por las autoridades portuarias de Beirut desde hace años, aunque ha insistido en esperar a las conclusiones de la investigación antes de adelantar causas.
A este respecto, el gobernador de Beirut, Maruán Abud, ha revelado este miércoles en MTV que había un informe de 2014 que alertaba sobre la posibilidad de que se produjera un accidente de este tipo en el puerto.
El primer ministro, Hasán Diab, ha confirmado este miércoles la hipótesis del accidente y ha reiterado que es «inaceptable» que hubiera 2.750 toneladas de nitrato de amonio almacenadas desde hace seis años en uno de estos almacenes, tras lo que ha reclamado «las mayores penas» para los responsables».
Las autoridades han ordenado ya poner bajo arresto domiciliario a los directivos de la Autoridad Portuaria de Beirut. El ministro del Interior, Mohamed Fahmy, ha explicado que dicha medida se ceñirá por el momento a las personas que desempeñaban altos cargos en el puerto.
Más de 300 mil personas afectadas y sin hogar
Tanto el puerto como los barrios cercanos han quedado devastados. Las imágenes publicadas por la prensa libanesa muestran un enorme agujero en el lugar de las explosiones, mientras que los edificios aledaños han quedados destrozados. El Palacio de Baabda, sede de la Presidencia, también ha sufrido daños.
El gobernador de Beirut ha contado que más de 300.000 personas se han quedado sin hogar a causa de las explosiones. Según él, las autoridades trabajan para proporcionarles agua, comida y refugio. Además, ha valorado los daños materiales entre 3.000 y 5.000 millones de dólares, «quizá más».
Las fuerzas de seguridad han tenido que acordonar la ‘zona cero’ para evitar que las familias se acerquen a buscar desparecidos, que los residentes vuelvan a sus casas y para impedir saqueos. Aoun ha visitado este miércoles al lugar para constatar los daños de primera mano.
Así, Hasán ha descrito la situación como «una catástrofe en todo el sentido de la palabra», admitiendo que muchos heridos aún no han podido recibir atención porque los servicios sanitarios están desbordados tanto en Beirut como en sus alrededores, a donde se ha empezado a trasladar a algunas víctimas.
El jefe de la Orden de Médicos de Líbano, Sharaf Abu Sharaf, ha confirmado que los hospitales de Beirut están al máximo de su capacidad, por lo que ha reclamado un plan de emergencia.
Piden ayuda
Las autoridades han pedido ayuda internacional y los primeros envíos han comenzado a llegar. Qatar y Kuwait han anunciado el envío de insumos médicos, mientras que Egipto y Jordania se han mostrado dispuestos a ayudar en lo necesario. Irán, ha dicho su ministro de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, «está totalmente preparado para entregar ayuda de cualquier forma necesaria».
Fuera de Oriente Próximo, Rusia enviará cinco aviones con personal sanitario, socorristas y un hospital de campaña y el presidente francés, Emmanuel Macron, ha avanzado que especialistas en protección civil y «toneladas de material médico» llegarán a Beirut «lo antes posible». Otros países europeos, como Alemania, Bélgica, Países Bajos y República Checa, también llevarán ayuda a Líbano.
Desde Estados Unidos, el secretario de Estado, Mike Pompeo, ha hablado por teléfono con el ex primer ministro libanés Saad Hariri para trasladarle sus condolencias y le ha asegurado que la potencia norteamericana está preparada para enviar ayuda, según ha informado la oficina de Hariri, citada por Naharnet.
El secretario general de la ONU, António Guterres, que ha trasladado sus «profundas condolencias», ha recordado que «Naciones Unidas sigue comprometida con apoyar a Líbano en estos momentos difíciles».
Isreal desmiente
Por su parte, fuentes oficiales israelíes han negado cualquier vínculo del país con lo sucedido, que ha tenido lugar en medio del incremento de las tensiones entre Israel y el partido-milicia chií Hezbolá. El Gobierno israelí incluso ha recurrido a mediadores internacionales para ofrecer ayuda humanitaria a Líbano.
El Hospital de Galilea en Nahayira se ha ofrecido este miércoles para tratar a las víctimas de las explosiones. «Solo queremos echar una mano. Quienes vengan recibirán tratamiento», ha asegurado en la Radio del Ejército el director de este centro médico de Israel, Masad Brahoum, citado por DPA.
Hezbolá ha emitido un comunicado en el que ha expresado su «profundo pesar por esta tragedia nacional» y ha hecho un llamamiento a todas las fuerzas políticas de Líbano a «unirse para superar las consecuencias de esta dura prueba». Además, ha dicho que movilizará «todas sus capacidades» para ayudar a los libaneses que lo necesiten.
Las explosiones han tenido lugar en un momento en el que país atraviesa una grave crisis económica –la peor desde la guerra civil (1975-1990)– y se teme que la destrucción ocasionada por las mismas impacten directamente en la importación de alimentos y otros productos básicos.
En este sentido, el Consejo Supremo de Defensa ordenó el martes la importación del trigo perdido a causa de las explosiones y que se lleven a cabo preparativos para que el puerto de Trípoli pueda llevar a cabo las actividades de importación y exportación.