La superintendenta de Bancos, Ruth Arregui, cuenta cómo una alerta de un ciudadano y los desmanes que se generaron producto de la desesperación de la gente por entregar su dinero a Big Money permitieron que se inicie la investigación de la legalidad de dicha entidad. Para Arregui, en este caso se podrían estar construyendo figuras de estafa piramidal o blanqueo de dinero. Cuenta que la Superintendencia ha recibido 248 alertas ciudadanas sobre diversos casos de estafa en el último año y medio. Este tipo de delitos surgen en momentos económicos difíciles como la pandemia, asegura.
El Código Monetario y Financiero dice que la Superintendencia debe tomar medidas e incluso sancionar a quienes intermedien dinero de terceros sin autorización. ¿Qué ha hecho la entidad en el caso de Big Money?
Hay que identificar el rol de la Superintendencia de Bancos y el de otras entidades. Todo lo que tiene que ver con flagrancia les corresponde a Fiscalía y Policía. Ahí se concentran las capacidades en la tipificación y calificación de delitos. Lo que sí debe hacer la Superintendencia es proteger a los clientes, pero de las instituciones controladas. Hay muchos negocios en donde las personas se ponen negocios sin contar con los permisos. Lastimosamente, en el negocio de intermediación es terrible la falta de educación financiera, pero también hay un problema conductual, la ambición o la codicia. Pensar que hay un negocio en el que le ofrecen 90 % de interés en una semana y que eso está bien…
¿Cómo se enteraron ustedes de lo que pasaba en Quevedo? ¿Por las noticias en los medios?
Nos alertaron el miércoles o jueves de la semana pasada. Fue a través de la alerta de una persona que lo puso en conocimiento de la Superintendencia. Con esta alerta inmediatamente desplegamos la investigación. Primero verificar si habíamos hecho alguna autorización. No había. Luego, dar la información a la Fiscalía. La Fiscalía hace sus propios procedimientos, ellos tienen la capacidad de flagrancia. La Fiscalía nos informó que también fueron informados por policías que reportaron desmanes en las inmediaciones de Big Money, porque la gente estaba desesperada de ir a dejarle el dinero a este señor. ¡Una barbaridad! Pero la captación es ilegal si no tiene los permisos de la autoridad. Si presta dinero es chulquero, pero si recepta puede ser ladrón. En este caso se detectan dos figuras que se van construyendo. Como pedía a los que depositaban que trajeran a más gente con más depósitos, esto se llama pirámide. Pero también este tipo de negocios ilícitos sirve para el blanqueo de capitales. Por ello, la Superintendencia está en la obligación de informarle a la Fiscalía y esta, a su vez, a la UAFE. Así se cierra el círculo.
¿Se ha configurado ya la estafa? No se entiende bien cómo la gente le sale a defender…
Este señor, muy vivo, ha generado una confianza en la comunidad y se ha presentado como filántropo o caritativo. Ha entregado canastas de alimentos y quiere aparecer como un Robin Hood. Sin embargo, pagar 90 % en una semana está fuera de la ley, pero más allá es insostenible. Imagínese que le depositan $ 100 y a la semana le dan $ 190. Esto es insostenible. Entiendo que por falta de conocimiento, la gente le defiende pensando que es una persona caritativa. Lo terrible es que este señor ha estado funcionando desde mayo. Pero recién nos llega la alerta hace una semana. El señor ha empezado con cuatro o cinco personas, pero hoy son 5.000. La gente estaba callada, hay complicidad por parte de la gente.
¿Existen más casos como este?
Hemos recibido en año y medio, desde enero de 2020 hasta la fecha, 248 reportes de estos. La vía que usan los estafadores es contactarle vía WhatsApp o SMS y le ofrecen un crédito, saben que la gente está ajustada y requiere recursos. Pero le piden para darle el crédito que les dé un depósito de por ejemplo el 10 % de la cantidad. El momento que se hace esto, ya les roban. Las alertas nos han llegado a través de redes sociales, a través del correo [email protected], a los formularios de la página web o nos escriben al WhatsApp 098-486-3621. Hay un equipo para realizar la investigación. La Superintendencia genera una alerta y hace campañas advirtiendo. Hay 114 instituciones que no están catastradas, que son ilegales. Una de ellas es Big Money.
Se ha disparado el número de alertas o denuncias ahora, ¿cuál es la razón?
Hay situaciones que facilitan que se impulsen este tipo de negocios ilegales. Venimos arrastrando problemas económicos desde el 2016 y que se agudizaron con la pandemia. Si hay gente que pierde el empleo, si la economía no crece, si hay falta de productividad, entonces emergen. Tanto es así que las denuncias o alertas que recibimos fueron cuando se pronuncia el confinamiento. En 2020, en julio hubo 7, en agosto 22, en septiembre fueron 30 y en octubre 43. (El Universo)