Un total de 34 cuerpos de niños nacidos y no nacidos, pero sin identificar, fueron sepultados este jueves 10 de mayo, en el Campo Santa Ana de Cuenca.
Los pequeños féretros, uno por uno, entraron primero a la Catedral de la Inmaculada de Cuenca para una misa que celebró el arzobispo de la ciudad, Marcos Pérez.
Los cuerpos de los infantes permanecieron bajo custodia de las unidades operativas de Medicina Legal del Servicio Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de las provincias de Manabí, El Oro, Santo Domingo de los Tsáchilas, Azuay y Esmeraldas. A
l no tener un nombre, autoridades y ciudadanos se convirtieron en los padrinos. Nombres como Rafael, José Manuel, Angélica, Carlos, Pedro, Emanuel, Daniel Alejandro, Juan Andrés, entre otros, fueron utilizados antes de ser sepultados.
“Estos pequeños cuerpos merecen ser enterrados con dignidad y respeto, porque son personas y no un tumor”, manifestó el arzobispo. (El Telégrafo)