Un gran número de bóvedas de las áreas 2 y 3 del cementerio general de Portoviejo permanecen destruidas tras el devastador terremoto que azotó también a esta ciudad hace más de 30 meses.
En esas áreas se pueden encontrar destacados ciudadanos, poetas, profesores, personas de origen judío, seres que quizás ya no cuentan con familiares vivos y hasta gente que cayó tras enfrentamientos a bala.
El municipio de Portoviejo ya está en proceso de subir al portal de compras públicas la metodología para poder exhumar y reubicar momentáneamente cerca de 8.000 restos humanos que se han podido identificar en las dos áreas.
El espacio donde actualmente se encuentran esos restos será reconstruido con el aporte de cerca de 5,5 millones de dólares que entregará el Banco Europeo de Inversiones para este objetivo y cuya obra se canalizará a través de la empresa Ecuador Estratégico.
El proceso es inédito en el país, señala Agustín Casanova, alcalde de Portoviejo, por todo lo que significará desde la ubicación de los familiares de los deudos que se encuentran en el país y hasta el extranjero.
En el cementerio se estima que hay en total cerca de 45.000 cuerpos o restos.
Sara Fernández, gerente de Portoparques, la empresa pública municipal encargada de parques y cementerios de la ciudad, indicó que ya se espera la contratación de la metodología para la exhumación e inhumación temporal, que tendrá un costo de 240.000 dólares más el impuesto al valor agregado (llegaría a los 300.000 dólares).
El proceso de mejoramiento de las áreas 2 y 3 tendría una duración de 150 días y prevé que se inicie entre enero y febrero próximos. Para ello esta metodología va a mapear todo el proceso con la finalidad de cuidar detalles e incluso se deberá entregar un software en donde se identifiquen los lugares donde temporalmente estarán los cuerpos exhumados mientras se rehabilitan las áreas 2 y 3 del cementerio de Portoviejo.
Antes del inicio de reconstrucción de estas áreas, sostiene Fernández, se hará una socialización y convocatorias a nivel nacional entre 45, 30 y 15 días previos al inicio de las obras para sostener conversaciones individuales. Así, por ejemplo, se determinará qué se hará con los restos que ya no tengan familiares vivos y se explicará el proceso a quienes sí tengan parientes. A ellos se detallará todo el procedimiento. (El Universo)