Un estudio desarrollado por tres universidades y un instituto gubernamental reportó que en Manabí hay 43 géneros de escarabajos.
Se trata de la primera evaluación preliminar de la diversidad de escarabajos en zonas tropicales de los bosques secos de Manabí.
Esta es una investigación realizada por la Universidad de Guayaquil, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio), Universidad Espíritu Santo y Fundación Great Leaf.
En el análisis se presenta que uno de los principales problemas es la continua fragmentación de la cubierta vegetal; es decir, la disminución del área de plantas que provoca el deterioro del suelo.
La investigación reporta 43 géneros de escarabajos asociados con tierras productivas y bosques fragmentados. Destaca la presencia de algunos géneros de escarabajos que se han adaptado a ecosistemas como Canthon, Canthidium, Deltochilum y Euspilotus; por otro lado, Phyllophaga y Diabrotica también fueron detectados principalmente en el paisaje de cultivos, se indicó en una publicación realizada por la Unidad de Comunicación de Inabio.
Según los investigadores, Stefania León-Parrales, Taryn Ghia, Jaime A. Salas (asociado al Inabio) y Andrea E. Narváez, las alteraciones del paisaje pueden afectar los ensambles de escarabajos donde las especies sensibles pueden desaparecer y las poblaciones de especies altamente adaptadas pueden aumentar.
Los escarabajos son recicladores de basura del entorno, con lo que contribuyen a mantener limpio el planeta. Comen excrementos, carroña, plantas muertas e incluso hongos.
Este estudio plantea la necesidad de realizar más investigaciones en otros bosques secos de la costa de Ecuador, lo que permitirá realizar comparaciones entre poblaciones ubicadas dentro del bosque y poblaciones en áreas fragmentadas.
El Inabio es una institución adscrita al Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, que busca generar conocimiento y desarrollar ciencia, tecnología e innovación para garantizar la conservación de su patrimonio natural mediante el uso estratégico y sustentable de la biodiversidad y sus componentes