El pedido de financiamiento para obras de agua potable es algo muy recurrente en Manabí. Sus alcaldes buscan el dinero; algunos hasta tienen listos los proyectos.
Carlos Mendoza, alcalde de Sucre, señaló que el tema del agua es algo urgente y comentó que espera que el Gobierno “les dé la mano” de alguna manera para sacar adelante un proyecto de una planta de agua que cuesta alrededor de $ 16 millones, un monto que no pueden cubrir porque no tienen la capacidad crediticia.
“Nosotros estamos conscientes de esto, pero lo que sí tenemos es la capacidad de asumir compromisos con el retorno a la inversión o con lo que se determine de acuerdo al estado económico de nuestro Municipio”, expresó.
Actualmente, Sucre, Tosagua, Junín, Bolívar y San Vicente se abastecen de una misma planta de agua ubicada en Tosagua y que capta el líquido de la represa La Esperanza, en Bolívar.
Esta planta es manejada en una mancomunidad. Todos estos cantones necesitan 35.000 metros cúbicos de agua potable al día, pero la planta solo produce 16.000. Esto hace que se deba racionar el líquido y entregarlo por zonas y en diferentes horarios.
Mendoza señaló que además su Municipio está a 46 kilómetros de la planta de agua, por lo que con frecuencia ocurren desacoples que generan una suspensión del servicio. Debido a esto solo tienen agua una o dos veces cada 30 días.
“Es terrible que aún tengamos que acudir a tanqueros, y aún así no se puede cubrir a toda la población”, expresó.
La zona urbana de Sucre, que comprende Bahía de Caráquez y Leonidas Plaza, tiene 30.000 habitantes.
En Jipijapa la situación es similar. El pasado lunes, 15 de julio, en la llegada del presidente Daniel Noboa, el principal pedido de los ciudadanos y autoridades del cantón fue el mejoramiento del acceso al agua potable.
La alcaldesa del cantón, Ángela Plúa, dijo que esperan que se acelere el crédito que tienen con el Banco de Desarrollo del Ecuador para poder financiar esta obra.
En noviembre del 2023, Jipijapa accedió a un crédito por $ 10,8 millones, de los que 9,2 millones provienen del Banco Europeo de Inversiones, a través del Banco de Desarrollo del Ecuador, y desde esta última entidad financiera estatal se prevé sumar $ 1,6 millones, que no son reembolsables.
Con esa inversión se renovará todo el sistema de captación y de potabilización de agua en el cantón, incluyendo además la reparación de la planta de tratamiento de aguas residuales.
En Bolívar hay una situación similar. El Banco de Desarrollo del Ecuador le otorgó un crédito de alrededor de $ 7 millones para construir una planta de agua potable.
Lady Laura Muñoz, alcaldesa del cantón, manifestó que por décadas han sufrido por el agua y lo considera algo ilógico, pues tienen la fuente que es la represa La Esperanza.
La planta estará cerca de esta represa y de allí se llevará el agua hasta Quiroga, Calceta y otras localidades.
“Nosotros vamos a empezar la contratación y tenemos previsto que en un año y medio esté lista la obra”, expresó.
Bolívar también se abastece de la mancomunidad, pero el servicio no es permanente.
Manuel Molina, subsecretario de Obras Públicas para Manabí y Santo Domingo, y miembro del Comité de la Reconstrucción para Manabí y Esmeraldas, comentó que el tema del agua potable debió ser desde hace muchos años la prioridad de los gobiernos de turno.
Actualmente, dentro de los proyectos que tiene el Comité de Reconstrucción hay uno de agua potable para 21 comunidades del cantón Rocafuerte; también un proyecto en Chone; y uno que han presentado San Vicente y Sucre.
“Se han priorizado varios proyectos de agua potable y están en trámite para ser ejecutados”, indicó.
Este comité tiene un presupuesto de $ 100 millones, con el que ya se ha arrancado con varios proyectos, como puentes, estaciones de bomberos, mercado de Calceta, entre otros. (I)