Belén Mendoza/Primicias.- Montecristi, cantón del centro sur de la provincia costera de Manabí, arrastra una crisis hídrica histórica que se profundiza por los cortes de luz y la falta de un sistema propio de captación de agua cruda. Las esperanzas están puestas en un proyecto de USD 28 millones que se concretaría a finales de 2026.
Hay zonas de la también conocida como ‘Cuna de Alfaro’ que llevan hasta ocho meses sin recibir agua por tubería y en muchos casos han perdido la cuenta, pues se han acostumbrado a la falta del servicio básico ante el olvido gubernamental y local.
Según el Censo de Población y Vivienda 2022, solo el 34,9% de viviendas tiene acceso a agua por red pública. De hecho, en los últimos 20 años, las estadísticas reflejan que la situación ha variado, pero no para mejorar.
Como muestra, en 2001, el acceso al agua ocupó el 33% y casi una década después, es decir, en 2010 la cobertura se ubicó en un 26,9%.
PRIMICIAS habló con el alcalde de Montecristi, Jonathan Toro, quien reconoció que la problemática del agua “es histórica” y, ante una situación insostenible, debieron “declarar estado de alerta” por emergencia hídrica.
El alcalde aseguró que se activó el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal y que tienen en marcha un plan de contingencia para abastecer de agua a la población mediante taqueros, sobre todo a las parroquias más afectadas como Colorado, General Eloy Alfaro y Leónidas Proaño.
En Montecristi, Manabí, se activó un plan de abastecimiento por tanqueros, en noviembre de 2024. .Cortesía Municipio de Montecristi.
La crisis es generalizada. Al igual que los 99.937 montecristenses que claman por el agua en pleno siglo XXI, también lo hacen los habitantes de los cantones como Jaramijó, Jipijapa, Sucre e incluso Manta.
Retomando la realidad de Montecristi, Adriana Cartagena, quien vive en la parroquia Leónidas Proaño, dijo que “acá no hay agua ya hace ocho meses, no nos llega el agua, pero ni una sola gota. La verdad estamos cansados de esta situación, aparte de que se paga mes a mes”.
Ella, por ejemplo, describió que la situación con el transcurso de los días va empeorando y ha tenido que optar por comprar agua a un taquero “que me está costando de USD 40 y USD 45 cada tres semanas”.
Pero la situación es más compleja, porque Andriana considera que “es intolerable e insoportable”, debido a que el líquido “no es totalmente puro, huele como si fuera agua de río, uno tiene que hervir las cosas demás. Yo, para hacer la comida, prefiero utilizar agua de bidón”.
Al alejarse un poco de la parte céntrica del cantón, es común que en los exteriores de las viviendas haya baldes y tanques, a la espera de agua.
“Compramos el agua a los tanqueros, todos los días un tanquecito pequeño cuesta USD 1,25. Cuando hay (dinero), se compra”, contó Monserrate Espinoza, quien vive en la ciudadela Segundo Eugenio Delgado, de la parroquia Aníbal San Andrés, y nunca ha tenido acceso al agua por tubería.
“El problema del agua potable viene ya desde hace algunos meses. Entonces necesitamos que la alcaldía priorice esta necesidad bastante grande que tenemos para que podamos abastecernos de agua a la brevedad posible”, dijo otra ciudadana que caminaba por la calle 27 de Marzo y Camilo Gallegos.
Al preguntarle si ha sido beneficiada con el plan de abastecimiento por tanqueros, la mujer asegura que no y que ha optado por comprar agua, pero “un tanquecito pequeño cuesta USD 1 y a veces no hay, el trabajo a veces solo alcanza para la alimentación”.
Hay días en los que “no recibimos nada de agua”
El alcalde Toro explicó que el plan de contingencia consiste en abastecer a la población mediante tanqueros, sobre todo a los sectores más afectados.
“En estos días hemos estado con dos tanqueros municipales y con cuatro que hemos por allí gestionado”, señaló el funcionario, quien además manifestó que la declaratoria de emergencia les permitirá tener en los próximos días un total de nueve tanqueros distribuyendo agua en los diferentes sectores.
Lo anterior también recae en el acueducto La Esperanza, operado por la compañía de economía mixta Refinería del Pacífico (RDP) y en proceso de liquidación.
El proyecto del acueducto de 94 kilómetros, que empezó a operar en 2017, nace en la presa La Esperanza (Bolívar) y atraviesa siete cantones hasta llegar a la zona de El Aromo, en Manta, inicialmente construido para dotar de agua dulce a la fallida Refinería del Pacífico.
Sin embargo, al no concretarse la obra, hubo la necesidad de abastecer de agua a Jaramijó, Montecristi y Manta.
Y fue así que, del sistema La Esperanza, Manta empezó a depender de un 20% de agua cruda para abastecerse; Montecristi, de 75%; y Jaramijó, de 100%.
Pero estas cifras han ido disminuyendo, debido a que el acueducto no ha recibido mantenimiento preventivo y correctivo desde su operación, por falta de recursos económicos. Además, porque surgió la necesidad de dotar del agua a las industrias y agricultores de las poblaciones aledañas al sistema.
De igual forma, el funcionario manifestó que “es muy irregular, hay días que no recibimos nada de agua. A veces nos llegan 1.000 metros cúbicos diarios, 2.000, y en el mejor de los casos, recibimos de 3.000 hasta 4.000 (el pasado fin de semana)”.
El alcalde informó que el mínimo necesario de agua para abastecer a los sectores donde tienen cobertura es de 6.500 metros cúbicos y “aquello no lo recibimos desde aproximadamente el mes de mayo”.
De hecho, dentro del llamado Plan de Sostenibilidad de RDP, que implica la regularización de las conexiones existentes y que consiste en el cobro de una tarifa del transporte de agua por metro cúbico, el municipio de Montecristi firmó un convenio.
Ese acuerdo se hizo el 29 de noviembre de 2023 y, para acceder al agua cruda, la municipalidad cancela USD 0,32 por cada metro cúbico.
Toro recuerda que antes del convenio “estuvimos cuatro meses sin nada de agua, peor que ahora y nos dijeron que si firmábamos nos llegaba agua, efectivamente fue así”.
Al inicio “nos llegaba por encima de los 6.500 metros cúbicos, pero nos empezó a mermar poco a poco. Esto ha sido una odisea”, aseguró.
A todo esto, el alcalde expuso que los cortes de luz derivados de la crisis energética han afectado la potabilización, bombeo y traslado del agua.
Proyecto, un sistema de captación
El alcalde Jonathan Toro considera que el proyecto que está en marcha y que se denomina Construcción del Acueducto para la Captación de Agua Cruda para el Cantón Montecristi, es la obra más grande que se construirá en la historia y significaría la solución definitiva a la escasez del líquido.
El funcionario anunció que el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), antes Corporación Andina de Fomento, va a financiar el proyecto con una inversión de USD 28 millones y la municipalidad hará un aporte de al menos USD 3 millones.
“En dos semanas nos dice la CAF que ya nos va a dar el borrador del contrato y con este documento, donde van a estar términos y condiciones, vamos a poder gestionar ya oficialmente el aval soberano al Gobierno Nacional, en el cual ya nos han dado cierto requisitos”, explicó Toro.
La idea de la alcaldía es concretar y ejecutar el proyecto que tendría una vida útil de 20 años, considerando el crecimiento poblacional, que en esas dos décadas alcanzaría los 147.000 habitantes.
Significa que, si logra ejecutar el proyecto, se podrían transportar 30.000 metros cúbicos diarios y a la vez potabilizarlos.
La construcción del sistema de captación iniciaría desde el cantón Rocafuerte hasta Montecristi, es decir, un acueducto de más de 38 kilómetros.
Además, Toro dice que aspiran a que a mediados de 2025 “ya tengamos la contratación y, según el proyecto, tiene un plazo de ejecución de año y medio, calculamos que, a finales de 2026, ya podamos tener lista la obra”.
Hay cifras críticas, pues la municipalidad ha hecho público que la escasez de agua afecta al menos al 60% de la población y expone los siguientes datos, poniendo como muestra que de cada 10 ciudadanos, ninguno recibe agua diariamente.
«Solo uno de cada 10 se abastece una vez a la semana, tres de cada 10 reciben agua cada 15 días y seis de cada 10 nunca logran abastecerse», finaliza.