El Diario.- Transcurridos 24 años desde que se elaboró el Plan Hídrico de Manabí, sólo hay dos represas y el agua sigue siendo una quimera.
O puede ser una utopía, un sueño en papeles mientras Manabí atraviesa una crisis por falta de agua en zonas más alejadas del centro de la provincia, como Jipijapa, donde reciben agua cada tres semanas.
O Puerto López, donde el anhelado proyecto Ayampe sigue en espera. En la década de los 80, Manabí tenía graves problemas de abastecimiento de agua y sólo contaba con la represa Poza Honda, conseguida gracias al gran paro provincial de 1962.
En 1990, la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), en cooperación con la OEA, elaboró el Plan Integral de Desarrollo de los Recursos Hídricos de la provincia de Manabí.
Lo hizo con los esquemas de los trasvases zona central o Proyecto Integrado Chone Portoviejo. Los proyectos Coaque, Jama, Ayampe y Sancán.
Manabí sigue en espera
Posteriormente, la Secretaría del Agua y el Changjiang Institute of Survey Planning Design and Research (CISPDR), de la República Popular de China, suscribieron un contrato para desarrollar el Plan Nacional de Gestión Integrada e Integral de los Recursos Hídricos y de las Cuencas y Microcuencas Hidrográficas del Ecuador.
Se acordó que el año base de planificación sería el 2010, para corto plazo el 2025 y para largo plazo el año 2035. El plan de Manabí fue actualizado en el 2016 con nuevos componentes.
Para entonces, ya se habían construido dos represas más: La Esperanza en Quiroga de Bolívar y la de Río Grande en Chone. Aunque, faltando los componentes de riego y de agua para consumo humano.
En abril del 2018, la Demarcación Hidrográfica de Manabí de Senagua presentó un informe actualizado, con un horizonte al 2020.
Tenía 9 proyectos seleccionados y priorizados “después de haber sido sometidos a una evaluación técnica, económica, financiera, ambiental, social e institucional”.
Varios proyectos, pero nada se concreta
De esos 9 proyectos -uno de ellos el de riego de Poza Honda- sólo tres cuentan con diseños definitivos: Jama, Coaque y Olmedo. Y añade que para los proyectos de preinversión y de inversión se requieren $ 258’592.361,98.
Héctor Farfán, miembro del Frente Cívico de Manabí, dijo que primero Manabí debe definir su norte para los próximos 50 años. Y en ese norte necesita dos cosas: descentralización y agua como puntos básicos.
Indicó que la provincia tiene una historia, antes y después del extinto Centro de Rehabilitación de Manabí (CRM), “que le dio a la provincia el agua que tanto necesitaba, no a toda, pero sí a un gran porcentaje”.
“El 70 % de la población se sirve de las obras que quedaron después de que el CRM desapareció, por lo tanto, esa conciencia en los representantes políticos, de las cámaras de la producción, de los colegios de profesionales, de las organizaciones sociales se ha perdido, porque hace muchos años todos estábamos unidos en esa pelea”, añadió.
Dijo que “no se consiguió que se concluya el PHIMA, ocho proyectos hídricos que le van a garantizar agua a Manabí para los próximos 100 años. No más allá de $ 800 millones, si acaso mil millones, le permitirán a Manabí decir tenemos asegurada agua, vamos a darle valor agregado a la producción, vamos a generar energía eléctrica, etc., Todos los problemas que pueda tener Manabí empiezan relacionándose con el abastecimiento de agua”.