Un ataque armado conmocionó a los habitantes del barrio 15 de Abril, en la parroquia Eloy Alfaro de Manta, provincia de Manabí, el pasado 16 de diciembre de 2024. Un sicario abrió fuego contra un grupo de personas que trabajaba en la remodelación de una iglesia evangélica, dejando un saldo de dos fallecidos y cuatro heridos, a pesar de las medidas del estado de excepción vigente.
Según testigos, el agresor llegó al lugar en motocicleta y disparó de forma indiscriminada hacia las personas que colaboraban en la construcción. Las víctimas, identificadas como Diego Macías, de 36 años, y Marcos Cevallos, de 24 años, perdieron la vida en el ataque. Ninguno de los fallecidos o heridos tenía antecedentes penales, según confirmó Sebastián Redrobán, jefe de la Policía en Manta.
Entre los heridos, se encuentran dos hermanos que, junto a las demás víctimas, son residentes del sector y conocidos por su participación en las obras del templo. En la escena del crimen, las autoridades recogieron 17 casquillos balísticos y otros indicios clave para la investigación.
Este acto violento ocurrió a pocos metros de una institución educativa, intensificando la preocupación entre los vecinos. La Policía inició un operativo para localizar al responsable, quien huyó en motocicleta tras el ataque.
Este incidente plantea serias interrogantes sobre la eficacia de las medidas de seguridad en la provincia. ¿Cuánto tiempo más se puede permitir que el crimen organizado imponga el miedo en comunidades que buscan un entorno de paz?