El Bono de Desarrollo Humano representa una ayuda vital para muchas familias en Ecuador. Cada mes, el Estado entrega un monto fijo —actualmente de 50 dólares— a hogares en situación de pobreza o vulnerabilidad, identificados a través del Registro Social. Pero lo que muchos no saben es que este beneficio no es permanente: puede suspenderse sin previo aviso si el sistema detecta ciertas irregularidades o descuidos.
Desde el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) y el Registro Social se ha explicado que el bono se entrega con base en criterios dinámicos. Es decir, la situación de cada familia se evalúa periódicamente, y si hay cambios en los datos personales, económicos o familiares que alteran ese perfil, el beneficio puede dejar de emitirse. Lo mismo ocurre cuando el hogar no cumple con las condiciones mínimas que exige el programa.

Causas que llevan a la suspensión del Bono de Desarrollo Humano
Uno de los errores más frecuentes que cometen los beneficiarios es no actualizar su información. Si una familia cambia de domicilio, se separa o se incorpora un nuevo miembro sin notificarlo al sistema, su ficha puede quedar desactualizada, y eso afecta directamente el puntaje socioeconómico. El Registro Social clasifica a las personas en porcentajes de vulnerabilidad, y solo quienes se mantienen dentro del 40% más pobre pueden recibir el bono. Basta con una variación en los ingresos, el nivel educativo o las condiciones de la vivienda para modificar ese estatus.
Otra causa común de suspensión es el incumplimiento de las corresponsabilidades. El bono no es solo un depósito mensual: implica compromisos, especialmente cuando se entrega a madres con hijos menores. Estos compromisos incluyen llevar a los niños a controles de salud y garantizar su asistencia escolar. Si hay registros de inasistencia reiterada o si el niño no ha sido llevado a los chequeos médicos obligatorios, el MIES puede suspender total o parcialmente el bono. Lo mismo ocurre si el menor abandona el sistema educativo sin justificación.
También hay casos en los que el beneficio se suspende simplemente porque no ha sido cobrado durante un tiempo prolongado. Según los canales oficiales del MIES, si un beneficiario deja de retirar el bono por más de tres meses consecutivos, el sistema puede considerar que ya no necesita el apoyo o que ha perdido contacto con el programa. Esta omisión puede llevar a un bloqueo automático del beneficio.

¿Puedo hacer que una tercera persona cobre el bono por mí?
Asimismo, muchas personas han perdido el bono por confiar en terceras personas para cobrarlo o hacer trámites en su nombre sin autorización legal. Es importante recordar que, aunque se permite designar a otra persona para el cobro, esto debe hacerse bajo un procedimiento formal. Delegar el acceso al bono sin seguir los pasos correctos puede generar inconsistencias o sospechas en el sistema.
Por último, está el caso de quienes simplemente ya no califican. Si la situación económica del hogar ha mejorado —por ejemplo, si alguien consigue empleo formal, accede a educación superior o adquiere bienes—, el puntaje en el Registro Social también mejora. En estos casos, aunque el cambio sea positivo, se puede perder el bono por dejar de ser considerado un hogar vulnerable. Esto no implica castigo, sino que el programa se ajusta para beneficiar a quienes están en condiciones más críticas.
Frente a cualquiera de estos escenarios, el MIES sugiere verificar si uno aún consta como beneficiario. Esto se puede hacer en línea, ingresando al sitio oficial de consulta del MIES con el número de cédula, o llamando al 1800 002 002. Si el bono ha sido suspendido y se cree que fue por error, es posible pedir una nueva encuesta socioeconómica en el municipio o en el centro zonal más cercano. Allí se podrá explicar la situación y solicitar una reevaluación para reactivar el beneficio, si corresponde.
En resumen, el Bono de Desarrollo Humano no es automático ni vitalicio. Depende del cumplimiento de ciertos requisitos y del compromiso activo del beneficiario. Mantener la información actualizada, cumplir con las condiciones exigidas y cobrarlo de forma regular son acciones clave para conservarlo. De lo contrario, incluso sin haber hecho nada ‘malo’, se puede perder la ayuda sin una notificación formal.