ATERRADOR | Militar filtraba información a Comandos de la Frontera, grupo armado que mató a 11 militares

Diario Extra.Ec.- Un militar fue detenido tras ser descubierto pasando información confidencial a Kerly Álvarez, privada de libertad en la cárcel de Ambato, en Tungurahua. Así lo descubrieron los compañeros del uniformado cuando hacían una intervención en una de las propiedades de esta mujer, hija de Roberto Carlos Álvarez, alias Gerente y presunto líder del grupo armado Comandos de la Frontera (CDF) en Ecuador.

El hecho, que ha generado preocupación dentro de las filas castrenses, ocurrió durante un megaoperativo ejecutado en tres haciendas relacionadas con estos narcoterroristas que operan en la provincia de Los Ríos. La detención del militar se produjo después de que sus propios compañeros se percataron de que el sospechoso compartía detalles de la intervención con la interna.

El soldado, quien formaba parte de la Brigada de Machachi (cantón Mejía) y prestaba servicios temporalmente en Los Ríos, fue puesto a órdenes de la justicia y la mañana de este 19 de mayo se le dictó prisión preventiva en audiencia de flagrancia.

El juez que conoció la causa indicó que, presuntamente, los datos en favor de los miembros de CDF que asesinaron a 11 soldados en Alto Punino, en Orellana, el pasado 9 de mayo, salieron del celular del procesado. “La información es reservada solo para quienes intervinieron en la operación. Fue una conducta muy grave, peligrosa y que puso en riesgo la vida de las personas que estaban en el operativo”.

Las infiltraciones de Comandos de Frontera

Las evidencias halladas incluyen armas de fuego y también municiones.Daniel Vite

El operativo, uno de los más contundentes ejecutados por las Fuerzas Armadas y la Policía, se desarrolló de manera simultánea en tres propiedades vinculadas al grupo armado. Dos de las haciendas intervenidas están en la parroquia Patricia Pilar, cantón Buena Fe, provincia de Los Ríos. La tercera se encuentra en la parroquia Luz de América, ya dentro de la jurisdicción de Santo Domingo de los Tsáchilas.

Las autoridades ingresaron a los inmuebles gracias al uso de equipos tecnológicos de alta gama, según revelaron fuentes militares. Dentro de los inmuebles no encontraron personas, pero decomisaron diversas evidencias, como armas de fuego tipo escopeta, dos carabinas artesanales, dos pistolas traumáticas, 134 municiones de diferentes calibres, 453 vainas percutidas y una caja fuerte que no pudo ser abierta durante la intervención.

La revelación del vínculo entre el militar detenido y la reclusa encendió las alarmas dentro de las Fuerzas Armadas, que calificaron el hecho como una grave fuga de información en una operación de alto nivel. El hallazgo refuerza las sospechas sobre una posible red de infiltración dentro de las instituciones encargadas de la seguridad nacional.

Esto porque tras la masacre militar en Alto Punino se sospechaba que la emboscada en contra de los soldados ecuatorianos pudo ser alertada por alguien dentro de las filas del Ejército nacional.

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