Eran aproximadamente las 19:00 del sábado cuando Juan Antonio García Buñay, de 50 años, y su esposa se embarcaron en un bus de la línea 140, que cubre la ruta desde el centro de Guayaquil hacia la parroquia Chongón. Apenas habían pasado unos minutos desde que abordaron la unidad, cuando un sujeto subió con la aparente intención de ejecutar a uno de los pasajeros.
Durante el ataque armado, García Buñay recibió un disparo que, según las primeras indagaciones, no estaba dirigido a él. El proyectil le causó la muerte de manera inmediata, y su cuerpo quedó tendido en el pasillo del vehículo. El presunto objetivo del atentado, identificado como Orly Santiago León Salazar, de 21 años, también fue abatido. Su cadáver quedó en las escaleras del bus.
En la escena del crimen se levantaron al menos cinco vainas percutidas calibre 9 milímetros y una bala deformada.
Una fuente policial informó que uno de los fallecidos, León Salazar, estaría vinculado al microtráfico de drogas. Además, el joven registraba antecedentes penales por robo. En cambio, García Buñay no tenía relación con actividades delictivas. Su esposa, al igual que otros pasajeros, trató de resguardarse lanzándose al piso mientras se escuchaban los disparos.
El conductor del bus indicó que cumplía la ruta 1, desde el centro de Guayaquil hacia Chongón. En su testimonio a la Policía detalló que alrededor de las 18:06, a la altura de la ciudadela Ciudad Olimpo, un ciudadano subió a la unidad. Minutos después, se escucharon las detonaciones. Alarmado, detuvo el bus y los pasajeros comenzaron a correr en distintas direcciones. Luego, por seguridad, continuó la marcha hasta llegar al UPC más cercano para pedir ayuda.

El chofer agregó que al revisar la parte posterior del vehículo, observó a tres personas heridas, dos hombres y una mujer, aparentemente por impacto de bala. La Policía llegó minutos después al sitio para iniciar las pericias.
Un hermano de León Salazar manifestó que desconocía a qué hora su pariente salió de casa o hacia dónde se dirigía. Confirmó que era consumidor de sustancias sujetas a fiscalización.
La esposa de García Buñay, aún en estado de conmoción, relató que ambos se agacharon cuando comenzó el tiroteo, pero que en cuestión de segundos notó que su esposo había sido alcanzado por los disparos.