Para allegados y amigos de Jeremy Eduardo Orellana Farfán, él fue víctima de una trágica coincidencia. El joven, de 24 años, tomó una carrera sin saber que los pasajeros que llevaba serían blancos de un ataque armado, aseguran.
Orellana es, hasta ahora, el único identificado entre las tres personas que fueron asesinadas a tiros por sujetos que interceptaron el vehículo en el que se movilizaban, la noche del domingo en la ciudadela 10 de Enero del cantón Portoviejo, provincia de Manabí.
Los otros dos fallecidos no han sido reconocidos y, según las primeras versiones policiales, no serían de la localidad.
Joven hacía carreras
Jeremy se ganaba la vida haciendo carreras dentro y fuera de Portoviejo. Conducía un automóvil vinculado a la aplicación InDriver. El auto quedó detenido en un callejón, con los vidrios perforados por los impactos de bala.
Hasta el sitio llegó la madre del joven, quien entre gritos de desesperación exclamaba que su hijo “no se metía con nadie” y que debía tratarse de un error.
La Policía mantiene abierta la investigación para determinar los móviles del crimen. Aunque todavía no se confirma oficialmente, una de las hipótesis apunta a que Orellana terminó siendo una víctima colateral del ataque.
“Parece que agarró la carrera equivocada, con las personas equivocadas, y en el momento más equivocado”, comentó un amigo de la víctima.