La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), confirmó hoy las suspensión momentánea de las operaciones de rescate por las malas condiciones del clima, tras el más reciente despertar del volcán de Fuego.
Ubicado a unos 50 kilómetros de la capital de Guatemala, el coloso mostró el pasado domingo una de las erupciones más potentes desde 1954 con saldo de 99 fallecidos hasta ahora.
Las brigadas de rescate trabajaban aceleradamente en la llamada zona cero porque la orden de parar definitivamente la búsqueda podría llegar en cualquier momento después de cuatro días de esta tragedia natural.
En el sector se instalará un puesto de monitorero interinstitucional y si las condiciones climáticas cambian, se permitirá el ingreso nuevamente de los socorristas.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología, una onda del este provocará lluvias desde este jueves y posiblemente hasta el fin de semana.
El último reporte de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), elevó la cifra de heridos de 44 a 58, en tanto se mantienen más de 12 mil personas evacuadas en 21 centros habilitados por el gobierno e iglesias, y los afectados superan los 1,7 millones.
El presidente guatemalteco, Jimmy Morales, visitó la víspera nuevamente la aldea El Rodeo, en el departamento de Escuintla, para alentar a los equipos de rescatistas y entregarles donaciones de botas y guantes.
‘Gente como ustedes son las que construyen nación’, les dijo el Presidente, quien les agradeció el apoyo y que expongan su propia vida para salvar la de otros.
También ayer un avión de la Fuerza Aérea de Estados Unidos trasladó a seis niños guatemaltecos a un centro sanitario de Galveston (Texas) para tratar las graves quemaduras en sus cuerpos, según informaron autoridades médicas.
La erupción del 3 de junio del cono de Fuego afectó, principalmente, los departamentos de Escuintla, Chimaltenango y Suchitepéquez, declarados por 30 días en estado de calamidad pública ese mismo día y todavía en alerta roja.
En los centros de evacuación la ayuda no cesa de llegar pero las personas comienzan a desesperarse y muchos han regresar a sus hogares violando los protocolos de seguridad por la inestabilidad del terreno, pronósticos de lluvias intensas y la ocurrencia de nuevos lahares. (Prensa Latina)