Hay tramos en la vía Picoazá-Mejía que se asemejan a una cordillera. A un costado hay “precipicios”, mientras que en el otro un cerro limita el tránsito. Los conductores deben manejar con mucha pericia para no desviarse del único carril de tierra que les permite circular.
José Laz, morador de Picoazá, dijo que la carretera que nace en el sitio El Milagro tiene 10 kilómetros, pero unos cinco son los que están en tierra y solo se la utiliza en verano, pues en invierno se convierte en un lodazal.
Recordó que el año anterior, con las emergencias por inundaciones que tuvo la carretera principal en Mejía, los vehículos tomaron este camino como opción, pero había mucho riesgo.
Mencionó que debe considerarse como una alternativa entre Portoviejo y el centro de Manabí, en caso de problemas en la ruta principal.
Carlos Álava, vicepresidente del Consejo barrial de El Milagro, recordó que este camino es ancestral y unió a Picoazá con el resto de Manabí, por lo que debe ser atendido.(El Diario)