Desde la cárcel, la líder opositora Keiko Fujimori pidió este jueves compasión para su padre, el octogenario expresidente Alberto Fujimori, quien retornó a prisión para completar su condena de 25 años por crímenes de lesa humanidad.
«A quienes tienen hoy su vida en sus manos, solo quiero pedirles un poco de compasión. Él ya estuvo preso más de 12 años. Tengo fe de que la humanidad pueda imponerse finalmente al odio y la confrontación», escribió Keiko en su cuenta de Twitter.
A sus 80 años, el expresidente Fujimori (1990-2000) volvió el miércoles en la noche al penal para completar los 13 años que aún le faltan cumplir tras recibir un alta médica de la clínica donde pasó internado casi cuatro meses.
El exgobernante fue sacado de la clínica y trasladado a la misma prisión policial donde permaneció recluido una década, en cumplimento del fallo judicial que revocó el indulto que consiguió en la Navidad de 2017.
«Me duele saber que a pesar de que mi padre es un enfermo con un alto riesgo de muerte por sus problemas al corazón, lo estén enviando a morir, ya que su corazón es una bomba de tiempo que puede estallar en cualquier momento», tuiteó Keiko, de 43 años y madre de dos niñas.
Su retorno a prisión «me genera un profundo dolor porque hoy, más que nunca, sé lo que uno siente minuto a minuto en la cárcel», indicó la primogénita del exgobernante.
Keiko está recluida en un centro penitenciario de mujeres en Lima desde el 31 de octubre por obstrucción a la justicia, luego que un juez acogió un pedido de prisión preventiva por 36 meses de la fiscalía.
La fiscalía anticorrupción investiga a Keiko y a una decena de colaboradores del partido Fuerza Popular, a quienes acusa de blanquear 1,2 millones de dólares provenientes de fondos ilícitos de la brasileña Odebrecht para la campaña presidencial de 2011. Ella niega las acusaciones.
Fuerza Popular es el mayor partido de oposición y controla el Congreso.
Por su parte, Kenji Fujimori, hijo menor del exmandatario, compartió el jueves una foto en Twitter donde se le ve empujando una carreta de frutas.
«Hoy seis de la mañana en el mercado de frutas llenando el furgón para llevar alimento fresco a muchos lugares de Lima. La vida continúa. Disfruto mucho lo que hago», escribió el benjamín del clan, de 38 años.
Kenji fue el único de los cuatro hijos que pudo acompañar a su padre en el trayecto a prisión. (El Universo)