Es posible que las mujeres no tengan que someterse a una cirugía para los quistes ováricos no cancerosos, evitando posibles complicaciones quirúrgicas. Este es el descubrimiento de una nueva investigación, realizada por un equipo de científicos internacionales de instituciones como ‘Imperial College London’, en Reino Unido, y ‘KU Leuven’, en Bélgica, publicadas en ‘The Lancet Oncology’.
El estudio de dos años siguió a 1919 mujeres de 10 países diferentes, incluidos Reino Unido, Bélgica, Suecia e Italia, que fueron diagnosticadas con quistes ováricos no cancerosos. Los quistes ováricos son sacos llenos de líquido que se desarrollan en el ovario de una mujer. Son muy comunes y generalmente no causan ningún síntoma. Sin embargo, en algunos casos pueden provocar dolor pélvico y distensión abdominal.
Los médicos derivan a las pacientes con estos síntomas para que les realicen ecografías, gracias a las cuales se clasifican los quistes como tumores benignos(no cancerosos) o cancerosos. En caso de sospecha de cáncer, los quistes siempre se eliminan y se analizan.
En el caso de los quistes que se consideran benignos, a menudo aún se recomienda a las mujeres que se les extraigan quirúrgicamente, lo que se debe a que se ha pensado que existe el riesgo de complicaciones graves como la ruptura del quiste o la torcedura de los ovarios. También ha existido la preocupación de que los quistes benignos pueden «volverse cancerosos» si se dejan en su lugar o que un quiste puede haber sido clasificado erróneamente en la ecografía inicial.
La espera vigilante, una alternativa a la cirugía
Sin embargo, una alternativa a la cirugía es la llamada «espera vigilante», donde los médicos no extraen los quistes, sino que controlan su tamaño y apariencia con ecografías regulares. Esto se debe a que muchos quistes se encogen y desaparecen o no cambian con el tiempo.
La opinión aún está dividida sobre la espera vigilante, y muchos médicos en todo el mundo creen que se deben extirpar quirúrgicamente los quistes benignos en la mayoría de los casos. Este último estudio es el más grande hasta la fecha sobre el enfoque de «espera vigilante», siguiendo a casi 2.000 mujeres a medida que se les realizaban ecografías en los años posteriores a un diagnóstico de quiste benigno.
De las 1.919 mujeres en el ensayo, una de cada cinco (20 por ciento) tenía quistes que desaparecieron solos, y el 16 por ciento se sometió a cirugía. En general, en el 80 por ciento de los casos, el quiste se resolvió o no necesitó intervención. La edad promedio de las mujeres en el estudio fue de 48 años, y el tamaño promedio del quiste fue de 4 cm.
Solo 12 mujeres fueron diagnosticadas posteriormente con cáncer de ovario, lo que hace que el riesgo de cáncer sea del 0,4%. Sin embargo, los investigadores advierten que esto puede deberse a que los tumores se diagnosticaron inicialmente como no cancerosos en la ecografía inicial, en lugar de que un quiste benigno se volviera canceroso.
La tasa de otras complicaciones, como la torsión ovárica o la ruptura del quiste fue del 0,4 por ciento y del 0,2 por ciento, respectivamente. El equipo de investigación dice que estos riesgos deben evaluarse junto con los riesgos de la extirpación quirúrgica. El riesgo de complicaciones, como la perforación intestinal, en el caso de la extirpación quirúrgica de los quistes en mujeres de 50 a 74 años de edad, se encuentra entre el 3 y el 15 por ciento.
El profesor Dirk Timmerman, autor principal de ‘KU Leuven’, subraya: «A pesar de que estos riesgos quirúrgicos son pequeños, si las mujeres de este grupo de edad se sometieran a una cirugía en nuestro estudio, entonces podríamos especular que de 29 a 123 de ellas podrían haber sufrido complicaciones quirúrgicas graves. Solo 96 de ellas se sometieron a cirugía, lo que significa que se pueden haber evitado complicaciones graves entre 29 y 123 mujeres».
El profesor Tom Bourne, investigador principal del ‘Imperial College London’, apunta que este estudio sugiere que la espera vigilante es adecuada para la mayoría de las mujeres cuando un quiste ovárico se clasifica inicialmente como benigno: «Nuestros resultados pueden llevar a un cambio de paradigma que resulte en menos cirugía para el ovario no canceroso con quistes: con la condición de que examinadores de ultrasonido entrenados excluyan de manera fiable el cáncer». (El Universo)