Estados Unidos cree que las Fuerzas Armadas venezolanas permitirán que entre la ayuda humanitaria en Venezuela a partir de este sábado 23 de febrero del 2019, pero las consideraría responsables si las cosas acabaran en un «derramamiento de sangre», aseguró un alto funcionario estadounidense.
El funcionario evaluó las perspectivas de la operación organizada por el líder opositor Juan Guaidó, quien se proclamó presidente interino de Venezuela en enero, para introducir en el país este sábado la asistencia donada por varios Gobiernos, entre ellos el de EE.UU., y almacenada en puntos fronterizos de Colombia, Brasil y Curazao.
«Si hay un derramamiento de sangre dentro de Venezuela, sería culpa de las Fuerzas Armadas de Venezuela y de sus guardias cubanos», aseguró la fuente, que pidió el anonimato.
Estados Unidos considera que, si la negativa del presidente venezolano, Nicolás Maduro, a permitir la entrada de ayuda deriva en actos de violencia, estos los iniciarían necesariamente las Fuerzas Armadas venezolanas o sus supuestos «guardias cubanos», porque son «las únicas personas que tienen armas dentro de Venezuela», explicó.
«Si ellos mismos le causan daño a la población en Venezuela, ellos serán los responsables. La comunidad internacional, incluyendo los Estados Unidos, llevará a cabo las consecuencias debidas a esos individuos que le violen los derechos humanos a su propio pueblo», advirtió el funcionario.
Según la fuente, «casi toda la jerarquía militar venezolana tiene a sus familiares fuera de Venezuela», en particular en el Caribe, en España o en Florida (EE.UU.), y Washington sabe «dónde están» y «dónde tienen guardado su dinero».
Si no rompen con Maduro, o si cometen actos violentos, «el círculo se les va a cerrar a sus familiares, van a tener que regresar a Venezuela a vivir en la miseria y en el miedo», auguró
En cambio, si respaldan a Guaidó, Washington está «preparado para premiarlos, en el sentido de que no sufran esas consecuencias, y no solamente de que accedan a la amnistía, sino de sacarlos de la lista de sanciones de los Estados Unidos, de visas», agregó.
Hasta ahora, son pocos los militares venezolanos que han roto públicamente con Maduro, y Estados Unidos sabe que ese paso es crucial para que haya una transición en Venezuela.
Pero Washington sí percibe «una ruptura y muchos conflictos» en las Fuerzas Armadas leales a Maduro, con «suficientes interrupciones en la autoridad» militar como para anticipar una entrada sin problemas de la asistencia, de acuerdo con la fuente.
Agregó que la cúpula militar venezolana la forman «un grupo de jerarcas que se han beneficiado de Maduro por un tiempo y que tienen miedo, muchos de ellos, porque están siendo vigilados» por «las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, que mantienen al aparato de contrainteligencia militar en Venezuela».
El funcionario confió en que, a partir de mañana, «las Fuerzas Armadas van a acudir al llamado de Juan Guaidó», porque «el mundo va a estar mirando».
El responsable no quiso aclarar si Estados Unidos contribuirá con efectivos o ayuda logística a reforzar la seguridad en la frontera entre Colombia y Venezuela para garantizar el paso de la asistencia, pero dijo que su Gobierno está «preparado para ayudar como sea».
Según informes de prensa, el enviado especial de EE.UU. para Venezuela, Elliott Abrams, se ha reunido en las últimas semanas dos veces en Nueva York con el canciller venezolano nombrado por Maduro, Jorge Arreaza, y el funcionario consultado no descartó que pueda haber más encuentros.
«Estamos dispuestos a reunirnos con todos los venezolanos y con todas las personas del grupo de Maduro sobre su salida y sobre cómo, cuándo y a dónde quieren salir. Esa conversación la tenemos con el propio Maduro si él quiere», indicó. (El Comercio)