Galápagos busca evitar el tráfico de especies

En julio de 2012 se encendieron las alertas en el aeropuerto de la isla Baltra, en Galápagos.

Los rayos X detectaron un extraño bulto en el equipaje de un turista alemán. En la inspección verificaron que eran cuatro iguanas terrestres Conoluphus subcristatus, una especie catalogada como vulnerable.

Aunque fue sentenciado a cuatro años de prisión por este delito, el tráfico de especies sigue asediando al archipiélago. Entre 2016 y 2018, el Aeropuerto Ecológico de Galápagos ha aportado a impedir el tráfico de cuatro iguanas terrestres, 3 684 pepinos de mar, 42,3 kilogramos de langostas, 5,4 kilogramos de erizos y también materiales como conchas, corales, caracoles, rocas y arena.

En total suman 407 retenciones. El pasado 2 de abril de 2019 se sumó a una iniciativa contra el tráfico de especies silvestres, liderada por el Consejo Internacional de Aeropuertos. Durante la asamblea anual del organismo, Ezequiel Barrenechea, presidente de la terminal aeroportuaria de Galápagos, firmó la Declaración del Palacio de Buckingham.

En esa sesión también firmaron los aeropuertos de Ámsterdam y Kenia. Con esta declaración se comprometen a notificar a las autoridades policiales sobre cargamentos sospechosos de contener vida silvestre ilegal y sus productos.

El comercio de vida silvestre es parte de los crímenes organizados internacionales, que al año generan USD 2,2 billones.

En el 2017 la organización Global Financial Integrity, que investiga los flujos financieros ilícitos en el mundo, colocó al tráfico de fauna en el séptimo lugar, después de la falsificación, el tráfico de drogas, la tala ilegal… Este delito contra la naturaleza genera hasta USD 23 000 millones por año en el mundo, según el informe. En Ecuador, el Código Orgánico Integral Penal (COIP) tipifica los delitos contra la naturaleza. El artículo 247 sanciona con prisión de uno a tres años a quien “cace, pesque, capture, recolecte, extraiga, tenga, transporte, trafique, se beneficie, permute o comercialice” especies de flora o fauna silvestre.

Las especies más codiciadas por estas redes de tráfico son también las más vulnerables.

En el país, según datos del Ministerio del Ambiente, 1 252 especies de vertebrados se encuentra dentro de alguna categoría de amenaza, de los cuales 217 especies son mamíferos, 238 son aves, 276 son reptiles y 521 son anfibios. Las islas Galápagos son Patrimonio Natural de la Humanidad, declaradas por la Unesco en 1978. Acogen a 7 145 especies, según un reporte de 2014 del Parque Nacional. Su endemismo, es decir, la cantidad de especies únicas de este ecosistema, es del 32%.

Los tiburones y los pepinos de mar son parte de las especies más afectadas por el tráfico.

El Aeropuerto Ecológico de Galápagos recibió en 2014 la certificación LEED nivel Oro del Consejo de la Construcción Sustentable de Estados Unidos.

En este año fue declarado carbono neutro. La terminal, por ejemplo, no utiliza sistemas de aire acondicionado; la posición del edificio permite aprovechar las corrientes de viento. (El Comercio)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *