Miércoles 26 de junio. Calles Buerán y Sara Urco, barrio de Totoracocha, al este de Cuenca, Azuay. La vida de José Nicolás Pizarro, de 50 años, terminó sobre esta tierra encima de un colchón, él maniatado y amordazado. ¡Lo mataron salvajemente!
Algo que se corroboró por las autoridades que hallaron su cuerpo con signos de violencia, en medio de un cuarto con las paredes manchadas de sangre.
El vecino Juan (nombre protegido) descubrió que habían matado a su amigo, hecho que comunicó a la Policía. “Todo estaba revuelto en el departamento de la tercera planta”, expresó aún conmocionado.
Asesinado en la soledad
Durante todo el día, varios vecinos notaron que no habían visto a José Nicolás y, además, que su taller de tapicería permanecía cerrado. Situación que les preocupó. Al entrar la noche uno de ellos fue al departamento y lo halló sin vida. Don José había nacido en Santo Domingo de los Tsáchilas y era soltero.
La versión de una fuente indica que, por su buen corazón, hace un par de meses había dado trabajo, como oficiales o ayudantes de tapicería, a tres venezolanos con quienes compartía, además, su departamento.
Hoy los extranjeros no asoman y, por eso, se han convertido para los vecinos y las autoridades en los principales sospechosos de la autoría del hecho de sangre.
Según agentes de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro, (Dinased), el móvil sería el robo.
Esa hipótesis la manejan basados en datos que habrían entregado los conocidos de la víctima a los investigadores. “Sabían que José Nicolás guardaba un dinero para la compra de un carro”, el mismo que no se ha hallado, aseguró la vecina Daniela Cabrera. Cabrera agregó que, además, faltan herramientas de tapicería.
El cuerpo de Pizarro ingresó al Centro de Investigación Forense a las 21:00, donde se esperaba la presencia de los deudos a fin de que lo retiraran para darle la respectiva sepultura.
Empeora la percepción
De acuerdo con fuentes oficiales, este crimen incrementa la percepción de inseguridad entre los cuencanos. Una de las consecuencias es que las autoridades del Concejo Cantonal y la Gobernación han convocado a una Asamblea Cantonal y Provincial para analizar la situación y buscar acciones que fortalezcan la seguridad ciudadana.
La muerte violenta de José Nicolás Pizarro es la segunda registrada en Cuenca, en menos de dos días. El martes 25 de junio fue hallada asesinada Johana Heras, de 23 años, en una vivienda ubicada en la calle Hermano Miguel y Pío Bravo.
El cuerpo de la joven nativa de Pucará, provincia del Azuay, también presentaba signos de extremaviolencia: múltiples puñaladas. El hecho es investigado como femicidio y se busca a su compañero sentimental como el presunto autor.
No hay incremento de delincuencia
Según el jefe de la Subzona de Policía en Azuay, Galo Pérez, “no hay ningún incremento delincuencial”. El oficial basa su versión en los datos estadísticos que conjuntamente manejan con la Fiscalía.
Con respecto a las muertes violentas, durante el período de enero a la fecha suman a trece. En ocho de los casos, los presuntos autores se hallan detenidos. En el mismo período de 2018, las muertes violentas fueron de 21, citó Galo Pérez.
La percepción de inseguridad “sería producto del sobredimensionamiento del manejo de las redessociales”, donde por la inmediatez se exponen noticias y datos incompletos. “Eso estaría distorsionando el criterio social al no tener datos reales de lo que sucede en un territorio”.
Recalcó que las competencias de la Policía en materia de seguridad se están cumpliendo en los ámbitos: preventivo, de investigación y de reacción. (Extra)