ECUADOR | Quito es la ciudad más afectada por el subempleo

Antonio Arboleda lleva cinco meses desem­pleado. Desde que terminó su contrato en el sector público, en enero pasado, no logra hallar un empleo fijo, pese a que ha enviado numerosas hojas de vida a decenas de instituciones públicas y privadas.

En este tiempo se las ha ingeniado para obtener ingresos con trabajos esporádicos. Su caso es otro entre los más de 122 000 ciudadanos, en todo el país, que engrosaron las cifras de subempleo entre junio del 2018 y el mismo mes del 2019.

El año pasado, en esta categoría se encontraban 1 544 373 personas y en este año ya suman 1 667 278. Los datos constan en la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu), publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Las cifras revelan que los demás indicadores no presentan cambios significativos; es decir, el mercado laboral permanece estancado.

Pablo Iturralde, coordinador del Observatorio de Economía y Trabajo, reflexionó que dadas las condiciones de la carta de intención que Ecuador suscribió con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en la que consta una reducción de la masa salarial, resulta llamativo que los índices de empleo no sean más críticos. Pero no descarta que en los siguientes meses la situación se agudice.

En el comportamiento por ciudades destaca, sin embargo, que el empleo en Quito ha sufrido una importante caída, lo cual no ocurre en Guayaquil ni en otras ciudades.

Por ejemplo, la tasa de empleo adecuado en la capital cayó 3,9 puntos porcentuales, mientras que en el Puerto Principal creció 5,1 puntos. Lo mismo pasa con el subempleo, que en Quito escaló 4,4 puntos, pero en Guayaquil descendió 4,8 puntos.

Empresarios y analistas consultados por este Diario apuntan varios factores que, según ellos, incidieron en este escenario, en mayor o menor medida. Están la masiva migración venezolana (que se ha incrementado desde el 2016), los despidos en el sector público, el debilitamiento de sectores de servicios, manufactura y construcción y un bajo nivel de ventas (debido a una merma en las exportaciones).

En cambio, atribuyen los resultados positivos de Guayaquil a que su economía está más ligada al sector privado que al público y a su flujo comercial, principalmente, puesto que su ubicación geográfica la convierte en un punto estratégico para el comercio. (El Comercio)

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