LAMENTABLE | 17 años de cárcel por matar por la espalda a su contrincante tras una pelea

Jefferson L. C. sacó un puñal de la manga izquierda de su chompa y tomó del cuello a José David V. T. para apuñalarlo dos veces por la espalda. Antes del ataque, el agresor fue vencido por la víctima en una pelea callejera que ambos protagonizaron, la madrugada del 28 de enero de 2018.

Los dos fueron conocidos del barrio. La noche previa al hecho celebraban un bautizo en la casa de la familia de José David V. T., a la que fue invitado Jefferson L. C. Pero este último se pasó de copas y su comportamiento agresivo no agradó a la familia anfitriona, por lo que David le pidió que se retirara de la fiesta y salió del lugar, pero no se alejó.

Previo a esta solicitud, Jefferson L. C. durante la reunión, celebrada en Cutuglagua, al sur de Quito, le pidió a W. E. A. S. (menor de edad) que le preste un cuchillo de su casa, porque quería sacar la cera de las espuelas de uno de sus gallos de pelea.

Cuando Jefferson se fue del evento, W. E. A. S. salió detrás y alcanzó a ver la riña. Se acercó y quiso levantarlo del suelo, pero este lo empujó y se abalanzó por la espalda de quien lo venció. Al ver lo que hizo, dijo: “¡guambra, le maté, le maté!”

El victimario huyó a la casa de su tío en La Gatazo, centro sur de la ciudad. Ebrio, con las manos y la ropa salpicadas de sangre, le expresó que había peleado y que no recordaba con quién y tampoco el desenlace.

En Cutuglagua, la familia de la víctima y el adolescente que fue testigo directo del hecho entregaron a la Policía las referencias de dónde encontrar al agresor y no demoraron en llegar hasta la casa de la madre y luego del tío, para aprehender al ciudadano y trasladarlo ante las autoridades penales.

Durante la investigación penal, en la diligencia de reconstrucción de los hechos, su versión no concordó con la entregada por el testigo que lo señaló como autor de las puñaladas. Además, la pericia psicológica concluyó que no es creíble el relato del procesado, puesto que afirmó recordar lo anterior y lo posterior al hecho, más no el momento en que José murió, porque supuestamente estaba en estado de inconsciencia.

Sin embargo, ante el Tribunal Penal, dijo que no fue su intención quitarle la vida. Además, la pericia genética determinó salpicaduras de sangre de la víctima en la ropa del sentenciado.

Estas pruebas son parte de las diecisiete presentadas ante el Tribunal de Garantías Penales (primera instancia) que lo sentenció como autor directo de homicidio (Art. 144 – COIP), a la pena agravada de diecisiete años y cuatro meses de privación de libertad, basado en las circunstancias agravantes de los numerales 1 y 5 del artículo 48 del Código Orgánico Integral Penal (COIP).

El fallo anunciado en audiencia de juzgamiento de finales de mayo de 2019, también incluye una multa de sesenta salarios básicos unificados y una reparación integral de 20.000 dólares a la familia de la víctima.

Para inicios de septiembre de 2019, la Sala Penal de la Corte Provincial de Justicia de Pichincha, ante el argumento del fiscal de Machachi, Rodolfo Robayo, ratificó la sentencia condenatoria en todas sus partes y desechó la pretensión del apelante de una eventual reducción de la pena.

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