Eduardo Chóez presta su tiempo y manos para dar mantenimiento al altar que acoge el cuerpo incorrupto de la santa Narcisa de Jesús Martillo, que reposa en el santuario ubicado en el cantón Nobol, en Guayas. Además, se dedica con amor a la labor de sacristán desarrollada por seis años en ese lugar.
“Es un gran privilegio trabajar para esta santa que significó mucho para mis padres y que ahora yo puedo cultivarlo para mi familia”, expresa el hombre, oriundo del cantón Isidro Ayora.
Su oficio le ha permitido ser testigo de la devoción de cientos de feligreses que llegan al lugar para extender una oración a la santa Narcisa, que hoy cumple 150 años de fallecimiento. “La gran mayoría de devotos llegan de afuera, de algunas ciudades del país”, sostiene.
La “Niña Narcisa”, como se la conoce cariñosamente, murió el 8 de diciembre de 1869, a la edad de 37 años, en la ciudad de Lima, Perú. Su cuerpo llega al país en 1955, algo que despierta en los feligreses un gran movimiento de devoción, que consigue que monseñor César Antonio Mosquera logre acondicionar un lugar para colocar el cuerpo de Narcisa de Jesús en el templo San José.
Finalmente, el 6 de diciembre de 1972 llega a Nobol, su tierra natal. El 25 de octubre de 1992 el papa Juan Pablo II la reconoce como beata y el 12 de octubre de 2008 es declarada como santa por el papa Benedicto XVI.
El padre Stanley Henriques Cornejo, actual rector del santuario, recuerda con mucha emoción ese día. Para él, fue como un sueño cumplido el preparar la misa de acción de gracias. “Ecuador es un país privilegiado, porque cuántos países católicos desean tener un santo”, afirma Henriques.
«Han habido personas que esta fe los ha sostenido, los ha asistido, los ha ayudado y lo han inculcado en sus hijos», continúa.
El religioso define a la santa como una mujer obediente a Dios. “Eso es lo que la lleva a crecer en esa vida de santidad de encuentro con Cristo”.
«Ella es un ejemplo de sencillez maravillosa, ella desde niña sintió la presencia de Dios en su vida, desde pequeña buscaba lugares para rezar», agrega.
El sacerdote indica que se han realizado algunas actividades en su honor, que han arrancado desde el 29 de noviembre. Para hoy, a las 11:00, se tiene prevista una solemne eucaristía presidida por monseñor Andrés Carracosa Coso, nuncio apostólico en Ecuador.
El acto continuará con un espectáculo musical a cargo del grupo coral Borkis. Mientras tanto, la misa de la noche será presidida por el monseñor Luis Cabrera, arzobispo de Guayaquil. Mañana se celebrará una fiesta litúrgica a las 19:00, que cerrará con una eucaristía a cargo de monseñor Marcos Pérez, arzobispo de Cuenca.
La clausura del novenario incluirá una quema de castillo y juegos pirotécnicos en el malecón, junto al santuario. (El Universo)