El número de víctimas de la epidemia causada por el nuevo coronavirus en China subió este jueves a 563 muertos, mientras el país acelera las medidas para compensar la falta de camas en los hospitales.
El gigante asiático registró más 28.000 personas contagiadas. Y en el extranjero, con más de una veintena de países con casos confirmados, 20 personas fueron identificadas en un barco de crucero en cuarentena frente a las costas de Japón.
Dos semanas después de la puesta en cuarentena de la ciudad de Wuhan y de una parte su provincia, Hubei (centro), donde se está propagando la epidemia, el sistema sanitario local está totalmente saturado.
En Wuhan, un hospital con 1.000 camas construido a contrarreloj, empezó a recibir a los primeros pacientes el martes. Un segundo centro médico, con una capacidad de 1.600 camas, debe entrar en funcionamiento este jueves.
Tras la cuarentena en toda la ciudad de Wuhan y la provincia de Hubei (centro), que afecta a unos 56 millones de personas, un número creciente de ciudades del este de China están imponiendo restricciones a los desplazamientos a decenas de millones de personas más.
Para hacer frente a la afluencia de enfermos, las autoridades de Wuhan anunciaron la transformación de una decena de edificios públicos (centros culturales, gimnasios…) en clínicas.
En la metrópolis, de 11 millones de habitantes y corazón de la epidemia, se produce una «severa» falta de camas y de «equipo y material», dijo Hu Lishan, un alto responsable de la ciudad.
El grupo chino de biotecnología BGI anunció el jueves que se ponía en marcha en esta urbe un laboratorio que puede tratar cada día más de 10.000 pruebas de detección del virus.
20 casos en un crucero
El balance de la epidemia ascendió a 563 muertos en China continental (sin contar Hong Kong y Macao), con 28.018 casos confirmados de contagio. En un día se declararon 3.694 personas contaminadas, informó este jueves la Comisión Nacional de Salud.
Cerca de 200 casos se han confirmado fuera de China continental en una veintena de países y los territorios autónomos chinos, entre ellos Hong Kong, que registró el martes su primer muerto. El otro fallecimiento fuera de China se produjo en Filipinas.
En Japón, 3.700 personas de decenas de nacionalidades quedaron en cuarentena 14 días en un crucero. El número de casos se duplicó el jueves, a 20, según medios de comunicación japoneses que citan a las autoridades sanitarias. Y en Hong Kong, los 1.800 pasajeros de otros crucero estaban retenidos.
Las autoridades hongkonesas cerraron la práctica totalidad de pasos fronterizos con el resto del país e impondrán a partir del sábado una cuarentena de dos semanas a todos los visitantes provenientes de China.
Numerosas compañías aéreas suspendieron los vuelos con China continental. Las estadounidense United y American Airlines cancelaron los vuelos también a Hong Kong e Indonesia bloqueó a miles de turistas chinos en Bali al anular las conexiones aéreas.
Air France y KLM anunciaron el jueves que prolongaban hasta el 15 de marzo la suspensión de sus vuelos a China continental, prevista en un principio hasta el 9 de febrero.
Los países reforzaban también las medidas de prevención. Austria empezó el jueves a controlar la temperatura en el aeropuerto internacional de Viena a todos los pasajeros procedentes de Pekín y Vietnam fue el último país hasta la fecha en prohibir la entrada de viajeros de la capital china.
Arabia Saudita prohibió los viajes a China para sus ciudadanos y los residentes extranjeros, so pena de sanciones.
A nivel de evacuaciones, dos aviones militares brasileños partieron para repatriar a brasileños de Wuhan, y otros dos aviones estadounidenses repatriaron a nacionales del gigante chino y otros dos aparatos lo harán el viernes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió el miércoles 675 millones de dólares a la comunidad internacional y anunció el envío a 24 países de 500.000 mascarillas y 350.000 pares de guantes, así como 250.000 kits de detección del virus a más de 70 laboratorios del mundo entero.
«Es mucho menos que la factura que tendremos que pagar si no invertimos ahora en la preparación desde ahora», dijo su director general, Tedros Adhanom Gebreyesus.
La tasa de mortalidad del nuevo coronavirus, de alrededor de un 2%, sigue estando muy por debajo de la de la epidemia del SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Grave) que mató a 774 personas en el mundo entre 2002 y 2003.
Calles desiertas
En China, donde las medidas de confinamiento se intensifican, varias urbes de la provincia de Zhejiang (este) a varias centenas de kilómetros de Wuhan, decretaron nuevas restricciones a los desplazamientos.
En Hangzhou, una metrópolis tecnológica y turística, a unos 150 km al suroeste de Shanghái, que ha registrado unos 200 casos, cortes de calles impedían el paso a la sede del gigante de comercio en línea Alibaba, y la ciudad solo se autoriza la salida de una persona por vivienda cada dos días para avituallarse.
En Zhumadian, Henan, provincia limítrofe con Hubei, solo puede salir a la calle una persona por vivienda cada cinco días y se han prometido compensaciones económicas a aquellos que denuncien a las personas procedentes de Hubei.
Paralizada por las restricciones y el práctico aislamiento del mundo, la economía china podría sufrir las consecuencias durante mucho tiempo.
Ante el avance de la epidemia, los organizadores de los Juegos Olímpicos de Tokio, que se celebrarán del 24 de julio al 9 de agosto, dijeron estar «extremadamente preocupados».