El entusiasmo de Stephanie Salmon por rescatar y cuidar de los animales nació en su adolescencia, luego de que en su hogar adoptaran a una perra que estaba preñada. El animal parió cinco cachorros con los cuales decidieron quedarse.
Fui ahí cuando junto a su mamá, Patricia Coello, empezaron el tema del rescate que las llevó a abrir un refugio con el que llevan 15 años. Una vez con el proyecto en mente, Patricia empezó la búsqueda de un lugar donde llevar a sus rescatados. Aunque al principio lo querían únicamente para albergar a gatos callejeros, pronto cambiaron de opinión y decidieron incluir a los perros. Alquilaron un local al norte de la ciudad y lo adecuaron para que sus adoptados, 80 gatos y 6 canes, puedan estar en un sitio seguro y lejos de los peligros.
“Es un trabajo bastante fuerte, hay que llevarlos donde el veterinario para que puedan estar sanos y tengan buena calidad de vida”, relata Stephanie, de 32 años.
Actualmente son dueñas de un galpón propio, en la vía a la Costa, donde las mascotas tienen todas las atenciones y comodidades.
Aunque reconoce que mantener el refugio resulta oneroso, gracias a sus trabajos han logrado estabilizarlo. Salmon considera que hablar de apoyo es complicado, porque es nulo. Han tocado puertas pero no han obtenido respuesta alguna. “Nos hemos mantenido con nuestro propio dinero”, explica la animalista, quien hace todo lo que está a su alcance por el amor que siente hacia los amigos con cola.
El albergue debe de estar en optimas condiciones de higiene para evitar la propagación de enfermedades. Por eso el tema de limpieza es primordial. El gasto en productos desinfectantes y de aseo es elevado. Todos los fines de semana realizan limpieza profunda en todo el local. Pasando un día acuden para darles de comer y atenderlos. Una persona es la encargada de que no les falte nada.
“Cuando ha llegado el brote de alguna enfermedad hay que mantenerlos separados. Sobre todo a los gatos que recién ingresan. A ellos se los aleja de los que son adultos y jóvenes. Tratamos de que siempre el área esté súperlimpia. Si alguien va al refugio verán que todos los gatos son hermosos, parecen de casa”, asegura con entusiasmo la esposa del conductor del programa En Contacto, César Romero, de quien dice al principio le costó convivir con mascotas, pero ya se adaptó. Actualmente la pareja tiene dos perros y tres gatas rescatadas. Mientras que en casa de su mamá, Patricia, hay 7 perros y 12 gatos.
Luego de abrir el primer centro de rescate comenzaron a llegar los perros, la mayoría eran maltratados. Al ver las malas condiciones en que se encontraban, madre e hija decidieron llevárselos al nuevo local donde los mantienen en un sector separados de los felinos.
Uno de los casos más impactantes de rescate se dio con una perra que recién había parido y a la que habían dejado amarrada a un árbol. Cuando llegaron a ella vieron que en el cuello tenía una hueco producto de una herida. El animal estaba traumatizado.
“El problema es que hay gente que nos dejan sus gatos y prometen que nos va a brindar ayuda, pero no regresan más, se olvidan. Sería bueno que más personas se unan a esta causa, porque es bastante laboriosa, la hacemos por los casos terribles y no podemos hacernos de la vista gorda”, lamentó Salmon.
La mayoría de los rescatados tienen nombres, no así el refugio. Nunca se han preocupado por ponerle uno. Cuando acogen a gatas preñadas las apartan del resto de felinos y las dejan en otra área hasta el nacimiento de los gatitos. Las hembras son esterilizadas, al igual que los machos, quienes suelen ponerse agresivos. Entres sus animales han tenido aquellos con problemas neurológicos que deben estar bajo tratamiento.
“Les decimos a la gente que tenemos mascotas en adopción, pero a la mayoría no les gusta hacerlo, son pocos quienes quieren adoptar y los animalitos son muy agradecidos.
Seguiremos con nuestra labor hasta que Dios lo permita, porque con tantos casos que vemos es difícil que dejemos de hacerlo, queremos que la gente se anime a adoptar”, fue el llamado urgente que hizo Stephanie.