Siete días habían pasado desde el reporte de la desaparición de la ciudadana argentina Andrea Gabriela Pedraza, de 50 años de edad, en el balneario de Ballenita en Santa Elena, y los investigadores no tenían pistas de su paradero.
Es por eso que decidieron regresar al último lugar donde había sido vista: el inmueble donde habitaba desde 2019, en el sector Miraflores, en la zona costera.
Al inspeccionar la vivienda, la noche del martes 10 de marzo, los agentes descubrieron que había una cisterna, pero había algo extraño: la tapa había sido sellada con cemento.
Es por eso que personal de diferentes unidades de la Policía Nacional rompió con cuidado los bordes de la cubierta y descubrió que en el interior había un cadáver y correspondía a las características de la extranjera.
La noticia fue confirmada cerca de la medianoche por el comandante zonal de la Policía, coronel Galo Pérez, quien en su cuenta de Twitter (GaloPerezD), además, explicó que en el piso de la casa se hallaron manchas de sangre y otras huellas que serían analizadas por peritos de Criminalística.
También aclaró que la persona que realizó la denuncia de desaparición fue un conocido de la víctima y publicó la información que el Ministerio de Gobierno había hecho circular para que alguien ayudara a dar con ella.
En otro trino, ratificó que se trató de una muerte violenta y detalló que «la autopsia determinará las causas del deceso de la víctima, que había sido lanzada a la cisterna, la cual después fue sellada con cemento.
Al momento, investigadores de la Policía recopilan evidencias sobre esta muerte violenta, con apoyo de la fiscal Irene Cuenca.
A través de redes sociales se conoció que, lo último que sus familiares pensaron, fue que ella había viajado a Guayaquil, provincia del Guayas, para tramitar la extensión de su visa.
Hasta el amanecer de este miércoles 11 de marzo no se informaba de la detención de algún sospechoso.