A los cinco días fue detenido el principal sospechoso de haber violado y asesinado a Zoila Maiza de 83 años de edad. El hecho ocurrió en la comunidad de Condorpamba en la parroquia Urbina del cantón Píllaro, provincia de Tungurahua.
El sujeto fue detenido la tarde del martes 19 , después de varios allanamientos en la parroquia Totoras de Ambato. Hoy miércoles 20 de mayo, el jefe de la Zona Tres de la Policía Nacional, coronel Jorge Cevallos, informó que las investigaciones permitieron llegar con el sospechoso. Se presume que la golpeó con una piedra en la cabeza, después de haberla violado. La captura la realizó personal de la Unidad de Delitos Contra la Vida (Dinased) con apoyo del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) y Fiscalía.
El mayor Franklin Cruz, jefe de la Zona Tres de la Dinased, mencionó que el presunto autor del hecho había ido a visitar a sus padres que viven a 500 metros de la víctima. El hombre cumplió una pena de 12 años en el 2006, por el delito de homicidio.
ABUELITAS CON EL MIEDO A FLOR DE PIEL
Pese a la detención en Condorpamba temen por sus vidas. Lorenza López a sus 73 años de edad, asegura que es la primera ocasión que teme recorrer los caminos del sector. Este miedo se apoderó de su frágil cuerpo desde que encontraron muerta a su vecina Zoila.
La muerte fue con saña. A la ‘comadre’, como así conocían a doña Zoila, la encontraron a pocos pasos de su vivienda construida con bloques cruzados y rodeado con cultivos de legumbres y verduras que ella misma había plantado.
En Condorpamba se dedican a la agricultura y ganadería. Sus habitantes, en gran parte, son adultos mayores. Hasta el viernes 15, antes de la muerte de doña Zoila, todos vivían y caminaban con tranquilidad por sus senderos, pero ahora tienen miedo hasta salir de sus casas.
Cerca de la vivienda de la víctima están otras tres; hay perros, pero esa mañana trágica nadie escuchó nada y si escucharon nunca pensaron que se trataba de un crimen.
Lorenza aseguró que un día antes vio a su amiga, se saludaron y conversaron un ratito. María Mercedes Toapanta de 75 años, era otra de sus allegadas. Ella hace tres meses se fue a vivir al centro poblado con sus nietos, pero iba todos los días a visitarla.
Mencionó que la ‘comadre’ era una de las primeras habitantes del barrio. “Un día antes nos saludamos y ella me pidió que me cuidara. Capaz que se estaba despidiendo”, recordó entre lágrimas María Mercedes.
COLOCARON CERCO PARA LOS EXTRAÑOS
Para controlar quienes entran al sector, los vecinos se organizaron la mañana y tarde del martes 19 y colocaron un cerco. La minga la realizaron entre los más jóvenes.
“Hay personas extrañas que pasan en sus carros para llegar a las ferias. Ahora deberán primero identificarse y si son de la comunidad les damos paso, sino deben regresarse por la ciudad”, expresó María Lagua. (Extra)