Galletas, leches de sabores, granola y colada fortificada están en descomposición, tiradas y amontonadas en el piso de una bodega de Correos del Ecuador, ubicada en la calle Carlos Garzón 1060, en el sector de Tababela, en Quito.
Para la distribución de esos productos, la institución pública Proalimentos, que luego se fusionó con la Unidad Nacional de Almacenamiento (UNA), contrató el 22 de julio del 2015 los servicios de Correos del Ecuador.
El contrato contempló el almacenamiento y la distribución de 31 379 toneladas (t) de productos para el programa de alimentación escolar pública en siete provincias aunque Correos del Ecuador sostiene que recibió solo 26 025 t.
El contrato, por USD 3,1 millones, debía terminar en marzo del 2016, pero estuvo sujeto a dos prórrogas que prolongaron su vigencia hasta diciembre de ese mismo año.
Pese a eso, el contrato sigue pendiente de liquidación por discrepancias, surgidas en el 2016, sobre su ejecución entre ambas empresas.
Y es que no todas las raciones llegaron a su destino como evidencian las 136,95 toneladas de alimentos caducados que están en las bodegas de Correos del Ecuador.
Fotos a las que accedió este Diario muestran leche regada por el piso y pilas de empaques rotos y llenos de moho. Otros cartones están cerrados, pero con productos caducados.
El mal olor se siente en el ambiente y atrae a hormigas y ratas, contaron el pasado 26 de junio guardias que impiden el ingreso de extraños a ese lugar. La hierba ha crecido casi hasta cubrir las oxidadas rejas de la puerta principal.
Los empaques de leche de sabores que se perdieron, de 200 mililitros cada uno, habrían acompañado 490 009 desayunos escolares en un día.
Además, caducaron 1,2 millones de paquetes de galletas, 500 empaques de colada fortificada y 4 656 raciones de granolas (tradicionales y cebada). El valor total de esos productos asciende a USD 251 754,5.
Las cifras fueron dadas por la UNA, con base en un informe remitido por Correos del Ecuador el 17 de octubre del 2018, en el cual le pedían el retiro del producto almacenado.
La distribución de alimentos fue parte de una nueva línea de negocio que emprendió Correos en el 2014: la logística. Antes, la firma se había centrado en las operaciones postales.
Sin embargo, el nuevo servicio se lanzó sin contar con todos los procedimientos necesarios, según observó la Contraloría en el informe DASE 0040 del 7 de julio de 2017.
Entre los procesos que no se cumplieron estaba contar con un análisis de viabilidad financiera del nuevo servicio, constancia de realización de pruebas piloto o un manual del procedimiento del servicio.
En la auditoría de la Contraloría, la UNA dijo que notificó en 2016 multas por USD 157 910 a Correos por la caducidad de productos e incumplimientos en plazos de entrega. La Contraloría concluyó que hubo “incapacidad operativa y funcional” por parte de la firma postal para cumplir ese y otros dos contratos de logística.
Ante una consulta de este Diario sobre por qué se dejaron caducar esos alimentos, Correos defendió que cumplió con la distribución en escuelas de los productos que entregó Proalimentos, pero la carga volvió a las bodegas de Pichincha y Guayas varias veces, porque las instituciones educativas estuvieron cerradas y/o fusionadas.
Según Correos, Proalimentos no notificó a tiempo esos hechos, “lo que ocasionó viajes infructuosos y que el tiempo de vencimiento de los productos fuera más próximo”.
Y señaló que “todos los productos entregados por Proalimentos a Correos fueron procesados y que, por tanto, no se puede decir que hay insumos pendientes de entrega”.
En su informe de fin de gestión del 29 de octubre del 2019, Marco Cepeda, quien estuvo tres meses al frente de Correos, alertó sobre hechos relevantes que podrían generar perjuicio para la firma; entre ellos, el contrato con la UNA.
Pero también de multas por USD 1 millón que el Servicio de Aduana del Ecuador (Senae) impuso a la empresa postal y los problemas con los contratos con la Universidad de Guayaquil y con el Ministerio de Educación.
Correos está en liquidación desde mayo. La empresa explicó que estos contratos en litigio y las obligaciones de cobranzas y pagos serán manejados desde el 19 de julio por el liquidador de la nueva razón social que se denominará ‘CDE EP en liquidación’, hasta su cierre definitivo. Se estima que esto tardará seis meses.
Anticipo de UG se usó para pagar sueldos
El litigio con la UNA no es el único abierto que tiene Correos del Ecuador. En 2015 firmó un contrato para digitalizar documentos de la Universidad de Guayaquil por USD 1,5 millones. Pese a que recibió USD 1 millón de anticipo, no ejecutó el servicio sino que destinó el monto al pago de salarios de mes de noviembre del 2015.
El exgerente de Correos del Ecuador, Marco Cepeda, quien estuvo al frente de la firma entre julio y octubre del 2019, pidió un examen especial a la Contraloría sobre el uso que hicieron autoridades anteriores de ese anticipo.
El tema ha generado una disputa con la institución educativa, que se mantiene abierto hasta la actualidad.
Dentro de la misma línea de negocio de logística, Correos también mantiene divergencias con el Ministerio de Educación por un contrato firmado en el 2015 para la entrega de recursos educativos, entre ellos libros. El contrato fue por USD 3,7 millones.
(El Comercio)