Desde el 13 de septiembre en Ecuador quedan eliminados el toque de queda, las restricciones de circulación vehicular, la prohibición de reuniones y otras medidas que eran parte del estado de excepción, por la crisis sanitaria del COVID-19, y que finaliza este 12.
Desde ahí los gobiernos locales harán frente a la pandemia de manera individual.
Algunos ya han anunciado las medidas que tomarán para evitar posibles rebrotes del virus. Unos sostienen que continuarán con las restricciones del semáforo amarillo (que también queda eliminado con la extinción del estado de excepción a nivel nacional). Y otros empiezan a aprobar ordenanzas para normar temas como las reuniones sociales.
Adicional, los gobiernos seccionales exigen que el Gobierno central les cancele las deudas para pagar a sus empleados, proveedores, entre otros, y hacerle frente también a la emergencia sanitaria.
Raúl Delgado, presidente de la Asociación de Municipalidades del Ecuador (AME), afirma que lo que más les preocupa es el control y la inseguridad posterior a la eliminación del estado de excepción, ya que sus facultades administrativas no les permite dar órdenes a la Policía Nacional o al Ejército para que controlen a los infractores.
En la última sesión de la AME generaron modelos de normativas para que pueden ser aplicadas por los 221 municipios, reconociendo que cada uno tiene una realidad diferente y que pueden adaptarse a sus necesidades.
A su vez exhortan al Gobierno nacional para que busque otra figura legal que permita decretar un nuevo estado de excepción.
Asimismo, plantean que la Asamblea Nacional reforme temporalmente algunos artículos del Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (Cootad), para que los alcaldes tengan más facultades y puedan ejercer un mejor control de la pandemia.
Así, en el caso del Municipio de Cuenca, su Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal decidió que dentro de sus competencias hará cumplir las medidas vigentes durante este tiempo de emergencia sanitaria.
El alcalde Pedro Palacios planteará la creación y la modificación de ordenanzas para limitar la propagación del coronavirus y sancionar a los irresponsables.
En Quero, cantón de la provincia de Tungurahua, se adoptó mantener las restricciones del semáforo amarillo, además de impulsar campañas ciudadanas para mantener los protocolos de bioseguridad.
Ahí, las ferias no abrirán los domingos para evitar las aglomeraciones. Y se analiza una ordenanza que regule las fiestas, ya que en las comunidades se daban festejos todos los meses. Adelantó que hasta fin de año se restringirán permisos para estas celebraciones.
En Mocha, otro cantón de Tungurahua, tampoco se permitirán las fiestas.
«Vamos a adoptar la medida de no dar paso a fiestas, rodeos o bailes en los barrios, caseríos o comunidades, con el fin de evitar las aglomeraciones. Visitas turísticas a las partes altas del cantón, como el cerro Puñalica, se lo hará», contó Danilo Ortiz, alcalde de Mocha.
En Babahoyo, provincia de Los Ríos, donde según las autoridades se originó el primer caso confirmado de COVID-19 en el país, se suspenderán las fiestas patronales que se realizan en este mes en honor a la Virgen de la Merced.
«Serán tiempos difíciles, evitar el contagio dependerá exclusivamente de cada uno de los ciudadanos. Culmina el estado de excepción y terminan las restricciones de movilidad, así como se habilita la reapertura de negocios y se permitirá mayor aforo de personas, hay que mantener las medidas de protección y cuidado para cortar la cadena de propagación. En los próximos días será la reunión con el comité ampliado, para especificar recomendaciones y analizar de qué manera haremos el control en la ciudad», dijo Carlos German, alcalde de Babahoyo.
Cristian Benavides, alcalde de Tulcán, provincia de Carchi, adelantó que esta tarde, en la reunión del COE cantonal, pedirán la reformulación de la ordenanza creada durante la cuarentena y que incluye el aforo permitido en sitios de concentración, la prohibición de permisos para eventos masivos, entre otros.
A Benavides le preocupa el tema de la movilidad, pues dice que no podrán restringirla ni controlarla porque no tienen la competencia y un contado número de efectivos policiales está destinado para ello.
En Montúfar, Tulcán, hay preocupación por la apertura del centro agroganadero que convoca a 5000 personas entre viernes y sábado. Y adicional está la feria de los sábados de San Gabriel, la más grande de Carchi, que se hace al aire libre, en siete cuadras de la calle Bolívar. Esta reúne a más de 7000 personas.
En Esmeraldas, Lucía Sosa, alcaldesa de la capital de esta provincia, contó que los controles sanitarios deben mantenerse hasta febrero del 2021. Y que espera que la Policía y las Fuerzas Armadas continúen apoyando con los controles. Lo mismo esperan los alcaldes de San Lorenzo y Eloy Alfaro, en la frontera norte.
En Chone, norte de Manabí, las medidas actuales del semáforo amarillo se mantendrán hasta que las autoridades de salud digan que ya no se debe usar la mascarilla. Aquí seguirán inhabilitadas las canchas y los parques; no habrá permisos para bailes, concentraciones u otros.
En Portoviejo, capital de Manabí, se fortalecerán los controles y se mantendrán las medidas vigentes. En esta localidad, el viernes 16 se definieron las llamadas Zonas de Cuidado Total, donde se aplicarán estrictas normas de control como implementar un horario de restricción de las actividades en estas áreas. Aquello, porque en un muestreo las autoridades del COE cantonal observaron un elevado índice de contagio, se dijo. (El Universo)