Un grupo de jóvenes ecuatorianos ha desarrollado un camposanto digital para honrar a los fallecidos en tiempos de pandemia y confinamiento, gran parte de los cuales no han podido ser despedidos como lo hubieran deseado sus seres queridos.
«Recordar es volver a vivir» es el lema de esta iniciativa ideada por Guillermo Robalino, un joven de Quito, que través de la plataforma «Eternos.ec» ha abierto un espacio virtual para que las víctimas mortales de la COVID-19, u otras causas, que debido a la pandemia no han podido tener un sepelio convencional, puedan ser recordadas como merecen.
A través de este proyecto, familiares, amigos y conocidos de los difuntos podrán elaborar obituarios digitales, dejar sus mensajes, colgar una galería de fotos para el recuerdo e incluso prender una vela en memoria de sus difuntos.
«Esta herramienta ha ayudado a la comunidad, pues ha permitido recordar a sus seres queridos de una manera diferente», indicó a Efe Robalino al precisar que la plataforma no solo está enfocada a personas recientemente fallecidas.
Una de las ventajas del camposanto virtual es que no tiene limitaciones de tiempo ni de espacio, al no tener horas de visita, como los cementerios tradicionales, y que cualquiera desde cualquier rincón del mundo puede dejar su mensaje para recordar al difunto.
VÍCTIMAS DE LA COVID-19 Y PROTOCOLOS A SEGUIR
Tras el deceso de una persona por el coronavirus y un primer embalaje, los familiares deben coordinar con las funerarias para la disposición final de los cuerpos y determinar, en caso de existir un plan mortuorio, la entrega de cenizas a la familia o el lugar de sepultura.
Según los protocolos establecidos en marzo por la pandemia, en caso de que los fallecido no cuenten con un seguro exequial, serán las autoridades locales las encargadas de coordinar con la administración del cementerio municipal la asignación del espacio de inhumación o el crematorio.
LA TRADICIÓN DE VELAR UN CUERPO
En Ecuador es tradicional velar el cuerpo del recién fallecido antes del enterramiento, lo que se suele realizar en las salas de los servicios funerarios, aunque hay quienes lo hacen en sus hogares.
Sin embargo, la emergencia sanitaria por COVID-19 ha echado por tierra esta tradición par despedir al fallecido, por lo que el nuevo camposanto virtual aspira a cubrir ese nicho en el ámbito local y regional.
«Nuestro ideal es convertirnos en el camposanto digital más grande y amigable de la región o del mundo, ¿por qué no?. Esto no es solo un negocio, es ante todo una propuesta de unir y compartir», aclara el responsable del proyecto.
La plataforma alberga ya más de 300 obituarios y el servicio que ofrece Eternos.ec, por el momento, es totalmente gratuito.