Esteros y ríos secos son parte del escenario que se evidencia en la mayoría de las 54 comunidades de la parroquia Ricaurte de Chone, en donde ya se ha reportado la muerte de dos cabezas de ganado en el sitio El Páramo, debido a la falta de alimento y agua, según Gina Zambrano, presidenta de la junta parroquial de esta localidad del norte de Manabí.
Esta realidad se replica en muchas de las 55 juntas parroquiales de Manabí, según Yandri Bazurto, presidente del Consejo Nacional de Gobiernos Parroquiales del Ecuador (Conagopare) en Manabí. Él manifestó que entre gobiernos parroquiales comienzan actualmente a ayudarse con maquinaria pesada para construir albarradas o tapes de ríos, para así conservar el líquido vital.
“Este tema de la sequía nunca lo habíamos tenido en otros años. Si había problemas era una o dos comunidades, ahora son en la mayoría. Ya tenemos reportes de que en la comunidad de El Páramo ya han muerto dos cabezas de ganado y las personas en otras comunidades comienzan a vender su ganado porque ya no hay agua, las vacas se están muriendo de sed”, indicó el presidente de la junta parroquial de Ricaurte.
Bazurto señaló que el anterior invierno fue bajo en precipitaciones y aquello sería una de las causas para que en la actualidad algunos afluentes estén sin caudal en gran parte de la ruralidad manabita.
“En la mayoría de parroquias de Chone hay problemas, por ejemplo, en San Antonio el humedal La Segua ha bajado su nivel como ningún año.
Ahora debemos ayudar todos porque si no el sector ganadero será muy afectado”, sostuvo el funcionario.
Desde el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) se preparan estrategias para ayudar al sector ganadero, aunque en la oficina de Manabí su director, Frank García, refirió que es prematuro hablar de que no habrá un invierno bueno.
Dentro de esas estrategias está dotar de forraje y bananos de rechazo que vienen de Los Ríos y Guayas para entregar algo de alimentos al sector ganadero. En Manabí existen en la actualidad más de 910.000 cabezas de ganado vacuno.
Durante el 2020, de las 85.000 hectáreas de cultivos sembradas en Manabí unas 30.000 se vieron afectadas por la deficiente estación invernal, según estadísticas del MAG.
Al momento, la Unidad de Ambiente y Riesgo de la Prefectura canaliza trabajos con las juntas parroquiales para la construcción de albarradas e identificar pozos para que la ciudadanía pueda captar agua.