Las playas empiezan a permitir la presencia de los bañistas.

En varios balnearios de Manabí, los operadores turísticos se aprestan a recibir hoy a bañistas, luego de que autoridades prohibieran la asistencia a estos puntos costeros, como una medida de precaución ante la incidencia de casos de COVID-19 en el último feriado.

En la mayoría de las trece playas de Manta se dará paso a que los turistas puedan bañarse y degustar platos elaborados a base de mariscos.

Pese a la prohibición, ayer usuarios trataron de ingresar a la playa El Murciélago. Pablo Banguera, rescatista de la fundación Salvares, señaló que se les indicó a los visitantes que se retiraran del balneario debido a la prohibición emitida por el COE nacional.

Además, en dos balnearios de la zona rural de este cantón, San Lorenzo y La Botada, el ingreso está restringido hasta mañana por disposición del Ministerio del Ambiente.

La misma situación ocurre con las playas de Los Frailes y Salango, en Puerto López, mientras que en Crucita y La Boca, en Portoviejo, el COE de este cantón determinó el no ingreso de bañistas hasta el lunes 4 de enero.

“Las restricciones nos cortaron todo, esperemos este nuevo año 2021 sea el de la reactivación. Ahora queda carnaval, estamos casi quebrados”, dijo Luis Mendoza Rodríguez, propietario de un restaurante y miembro de la Cámara de Turismo de la zona norte de Manabí.

Representantes del sector turístico, como propietarios de hoteles y restaurantes en Pedernales, Jama, San Vicente, Canoa y Bahía de Caráquez, están angustiados y manifestaron la esperanza de hacer promociones para los próximos fines de semana, para atraer a los turistas.

De la misma forma, la Cámara de Turismo de Sucre-Bahía de Caráquez dice que en los próximos días analizarán estrategias para otras alternativas y que el turista visite con confianza las playas.

Ayer Manabí registró 15.010 casos de COVID-19, siendo Portoviejo con 5.076 el cantón con más contagiados, seguido de Manta con 2.134.

En otros puntos de la Costa, como Esmeraldas y Santo Domingo de los Colorados, hubo quema de monigotes y pirotecnia en menor escala; esto se dio pese a la prohibición del COE nacional de quemar monigotes o años viejos durante la fiesta de Fin de Año en espacios públicos del país para evitar aglomeraciones.

Mientras gran cantidad de pirotecnia fue decomisada por autoridades de control de estas dos ciudades, los comerciantes se las ingeniaron para evadir los frecuentes operativos y continuar con las ventas.

Durante los festejos de fin de año también se reportaron víctimas mortales. Por ejemplo, en Huaquillas hubo un sicariato que dejó dos personas fallecidas. Ellos se encontraban libando y fueron sorprendidos por un sujeto que llegó en una moto. (I)

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