El confinamiento ha tenido poco impacto en Quito. Los hospitales siguen saturados

El confinamiento focalizado prolongado tiene dos caras. En algunas provincias y ciudades habría logrado el objetivo de oxigenar los hospitales que tratan el coronavirus, mientras en otras la capacidad de atención continúa al límite.

Desde el pasado viernes 23 de abril rige un confinamiento que se inicia a las 20:00 y se extiende hasta las 05:00 del lunes, en tanto que de lunes a jueves hay un toque de queda entre 20:00 y 05:00 del día siguiente. Han pasado tres confinamientos prolongados.

En Quito, entre el 21 de abril y la semana pasada, la espera por una cama en unidades de cuidados intensivos (UCI) pasó de 168 pacientes a 135 y para hospitalización, de 57 a 44 personas.

Ximena Abarca, secretaria de Salud del Municipio de Quito, consideró que si bien hay una disminución, la cifra en UCI sigue siendo sumamente alta porque hay el 97% de ocupación. Lo indicó en la sesión del Concejo Metropolitano de este martes 11 de mayo.

En Pichincha hay 141.992 casos de COVID-19 y en Quito 131.209, siendo la provincia y la ciudad más afectadas por la pandemia. Al 6 de mayo, la mortalidad en exceso era del 87,1%.

Para el ministro de Salud, Camilo Salinas, en El Oro, Manabí o Esmeraldas ha disminuido del 95% o 97% la ocupación de camas en unidades de cuidados intensivos al 70% y 78%, pero en Pichincha, agregó, no hay mejora a pesar de una reducción del 98% al 95% y con una constante ocupación de camas.

Salinas sostuvo que se ha reducido la tasa de letalidad y de muerte.

Agregó que la transmisibilidad se ha reducido en Azuay, Cañar, Carchi, Chimborazo, Cotopaxi, Imbabura, Morona Santiago, Orellana y Pastaza, en una entrevista radial.

Hospitales y su realidad

En el hospital IESS Quito Sur, tras el primer confinamiento, el 26 de abril hubo 48 personas a la espera de una cama de hospitalización y 103 para una cama UCI. Luego del tercer confinamiento, el 10 de mayo, hubo 57 personas a la espera de una cama de hospitalización y 98 a la espera de una en UCI.

En el hospital Carlos Andrade Marín, también del IESS, había el 96% de ocupación en hospitalización y 100% en áreas críticas UCI y emergencias COVID al 26 de abril, mientras que al 10 de mayo había el 89% de ocupación en hospitalización y el 100% en UCI.

En el hospital Eugenio Espejo hubo quejas de sus trabajadores por la falta de insumos y personal. El Ministerio de Salud Pública respondió que la administración de esa casa de salud realiza acciones inmediatas para agilizar procesos de adquisición para contener la pandemia. Además que han otorgado 231 nombramientos permanentes.

Juan Sánchez, subdirector técnico médico del hospital IESS Quito Sur, dijo que la última semana hay una prolongación en la estadía de los pacientes lo que complica tanto el proceso de altas como de ingresos.

Entre diciembre y enero, la espera era de 15 a 20 pacientes para hospitalización y para UCI de 25 a 30 pacientes diarios.

Sánchez indicó que hay más pacientes adultos y adultos jóvenes con cuadros moderados y graves.

Acerca del impacto que podría traer el Día de la Madre, del fin de semana, el galeno sostuvo que en quince días habrá que ver su efecto.

El tiempo de espera en emergencia de un paciente bordea de 48 a 72 horas hasta que se le asigna una cama en hospitalización.

Sánchez, en declaraciones a un canal de televisión, dijo que el flujo de pacientes es exactamente el mismo dado que llegan unos 250 al día y de ellos el 20% (50 a 60) requiere hospitalización.

El relajamiento de la población, el que no acudan temprano a consultar con un médico, la automedicación, la minimización de síntomas, la circulación de variantes, podrían ser factores en un cambio en la sintomatología de los pacientes, agregó el galeno.

Según la Sociedad Ecuatoriana de Salud Pública, debe haber una activa vigilancia epidemiológica comunitaria con incremento sustantivo de pruebas PCR y de antígenos, entre otras acciones, para disminuir la transmisión y aliviar la presión sobre los hospitales.

Fernando Sacoto, presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Salud Pública, expresó que aún no se podría esperar un efecto en la reducción de casos, hospitalizaciones o muertes y debería esperarse mayor tiempo para una evaluación.

Con ello coincide el Colegio de Médicos de Pichincha que anunció que, en los próximos días, hará una evaluación de las medidas gubernamentales.

Controles por incivilidades no paran

Jorge Wated, secretario de Gabinete de la presidencia de la República, dijo que si se quiere bajar la curva de contagios de forma inmediata se debe aplicar un confinamiento total, pero con ello se destruye la economía y el impacto más fuerte se produce el fin de semana.

El Gobierno, sostuvo Wated, sigue desbaratando fiestas clandestinas, reuniones, libadores, gente que irrespeta las normas del confinamiento.

De acuerdo con Wated, desde noviembre de 2020 ya había esperas permanentes en UCI en varias ciudades, que se fue acentuando a lo largo de los meses y el Gobierno aplicó estados de excepción que luego la Corte Constitucional los dio de baja.

Según Wated, la situación no se resuelve en tres semanas e indicó -en una estación radial- que en algunos casos los municipios no realizan los controles, por ejemplo, de las aglomeraciones.

Recomendaciones

Jorge Yunda, alcalde de Quito, dijo que una vez que termine el estado de excepción, el jueves 20 de mayo, seguramente volverán las competencias a los municipios para seguir tomando las restricciones y las medidas que permitan el equilibrio entre bajar el riesgo de contagio y una reactivación de la economía sobre todo a la micro y mediana economía.

La Secretaría de Salud del Municipio capitalino recomendó que durante 30 días se prohíban la movilidad y el uso del espacio público en aceras, calzadas, parques, puentes peatonales, el consumo de alimentos en patios de comidas y restaurantes, centros comerciales, mercados, permitiendo actividades de servicio a domicilio.

Además, prohibir cualquier evento religioso presencial, cualquier evento que conlleve riesgo de aglomeraciones o contacto físico, favorecer el transporte público hacia los sectores estratégicos y centros de salud, restringir la circulación vehicular según horarios y números de placas, continuar con la priorización del teletrabajo en sectores no esenciales públicos y privados.

De cara al último confinamiento de este fin de semana, Salinas indicó que se seguirá trabajando con las autoridades de control como Policía o gobernaciones. (El Universo)

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