Expertos alertan por sistemas antisísmicos en construcción de hospitales en Manabí y Esmeraldas

Las casas de salud pública que se construyen y otras que están por edificarse en Chone, Bahía de Caráquez y Pedernales (Manabí), así como el Centro de Salud tipo C en Muisne (Esmeraldas), tendrían altas probabilidades de colapsar en un terremoto de magnitud por la colocación inadecuada de aisladores sísmicos o disipadores de energía.

Así lo alertó el estadounidense Michael Constantinou, profesor y director del Laboratorio de Simulación de Ingeniería Estructural y Sísmica de la Universidad del Estado de Nueva York en Búfalo. Este experto es reconocido mundialmente en sistemas de protección sísmica de edificios y revisó más de 100 “estructuras aisladas” desarrolladas en el mundo.

Hace casi un año, cuando llegó por primera vez al país a dar una charla invitado por la ESPE, analizó los diseños de las estructuras hospitalarias en construcción en Manabí y Esmeraldas, zonas devastadas por el terremoto de 7,8 grados el 16 de abril de 2016.

En una carta con fecha 24 de junio de 2017, que reposa en la facultad de Ingeniería Civil de la Escuela Politécnica del Ejército (ESPE), Constantinou alerta: “Recibí los planos estructurales para los hospitales Muisne, Bahía y El Oro en Ecuador, y estoy obligado a informarle que, en mi opinión, los hospitales cuentan con aisladores de pequeña capacidad de desplazamiento y detalles pobres, muy probablemente colapsen en un fuerte terremoto”.

Al ser consultado por los Medios Públicos sobre su informe, indicó que hay edificaciones con aisladores sísmicos que no tienen las especificaciones correctas: “Tienen una capacidad muy pequeña de desplazamiento y también parece que son de calidad inferior”.

Considera que esos problemas deben corregirse: la dimensión de los aisladores instalados deben ser cinco veces más grandes del actual, pues en caso de un sismo de magnitud serán funcionales hasta cierto nivel, “pero una vez que se supera, esos aisladores colapsarán, parece que no tienen suficiente factor de seguridad y resistencia”.

Igual alerta la hizo el ecuatoriano Jorge Landázuri, ingeniero formado en EE.UU., a quien le pidieron estudiar los diseños del Hospital de Chone. “Analicé todos los modelos, me puse a ver cómo modelaban y el modelo no tiene nada que ver, tengo las memorias y los modelos matemáticos para basar lo que digo”.

Aseguró que no existen documentos que avalen las pruebas hechas a cada tipo de aislador. De allí que este experto preguntó: “¿Dónde está el informe de revisión de los diseños al que lo obliga la Norma Ecuatoriana de la Construcción (NEC)? Ese informe no existe. ¿Quién inspeccionó las pruebas?, tampoco existe eso”.

El contrato del diseño estaría a cargo de la empresa Consulsísmica. Otton Lara, representante de esa compañía, fue contactado por los Medios Públicos, pero prefirió no hablar de este tema.

En las bases de la nueva edificación de la casa de salud pública tipo C de Muisne (Esmeraldas), se habrían colocado aisladores sísmicos o disipadores de energía inadecuados. Foto: El Telégrafo

¿Cómo funcionan?

Los aisladores sísmicos o disipadores de energía son unos aparatos que se colocan en la base de la edificación para absorber como un amortiguador el sismo.
El primero desconecta la parte superior de la estructura de la parte inferior, mientras que en el segundo caso se introducen elementos especiales en la estructura donde se presenta la mayor parte de las fuerzas sísmicas.
Es de acero inoxidable y su diseño depende de las condiciones de suelo, del sitio donde se construirá la edificación y especialmente del peligro sísmico.
El objetivo es buscar que una estructura esencial, como un hospital, no deje de funcionar pese a una catástrofe.

Autoridades conocen el informe

El uso incorrecto de estos sistemas también preocupa a la Academia.
El teniente coronel Enrique Morales, director del Departamento de Ciencias de la Tierra de la ESPE, señaló que de acuerdo a los diseños se habría replicado el mismo tipo de aislador sísmico en la edificación de los distintos hospitales públicos en las zonas de riesgo, pese a que tienen una amenaza diferente.
Según Morales, tras el informe de Constantinou, las instituciones del Estado encargadas de los procesos de contratación para la construcción de estos hospitales públicos fueron informadas y alertadas sobre los inconvenientes detectados.
“Nosotros como Academia, como Universidad de las Fuerzas Armadas, hicimos conocer estas observaciones a Ecuador Estratégico, al Servicio de Contratación de Obras (Secob), al Ministerio de Salud Pública”.
Sin embargo, lo que les llama la atención es que hasta ahora no se toman los correctivos y continúan con los diseños errados, por lo que solicitan una revisión urgente. (Tomado de El Telégrafo) 

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