El triunfo de la india Harnaaz Sandhu en Miss Universo puso punto final a la septuagésima edición del certamen de belleza, que tuvo lugar en la ciudad israelí de Eilat, y estuvo marcado por las controversias políticas y la incertidumbre por las restricciones por la pandemia.
Con veintiún años de edad, 1.76 metros de altura, un inglés pulido y un mensaje inspirador para las jóvenes del mundo, la nueva Miss Universo era una de las favoritas y estuvo a la altura, imponiéndose sobre la paraguaya Nadia Ferreira, que terminó segunda, y la sudafricana Lalela Mswane, que se ubicó tercera.
De profesión actriz, oriunda de la ciudad de Chandigarh y con su madre ginecóloga como modelo a seguir, la joven remarcó en múltiples ocasiones que si ella llegó a convertirse en Miss Universo, las mujeres del mundo no deben dudar en perseguir sus sueños.
«Como certamen de belleza queremos alcanzar a todas y cada una de las mujeres que están mirándonos y que esperan poder ser las líderes de sus propias vidas«, señaló la ganadora durante una conferencia de prensa posterior a la gala, en la que insistió: «Si nosotras podemos, ellas también pueden».
Por otra parte, Sandhu defendió las restricciones que rigen en distintas partes del mundo para detener el avance de la pandemia y la obligatoriedad de la vacunación y apuntó que «la salud debe ser la prioridad, dado que al fin y al cabo es todo lo que tenemos».
En una competencia muy reñida, en la que sorprendió la presencia de la participante sudafricana entre las finalistas, la india deslumbró a los jueces tanto con sus desfiles por la pasarela (incluyendo en traje de baño y vestido de gala) como con la seguridad con que respondió a las preguntas que se le realizaron.
Una de las particularidades de su actuación fue el momento en el que el presentador, Steve Harvey, le pidió que demostrara su talento imitando sonidos de animales, ante lo que respondió maullando como un gato. Consultada al respecto, Sandhu mencionó que «uno de los estereotipos que la gente tiene de los certámenes de belleza es que solo se trata de lucir bonitas, y no es así, se trata de ser tu misma en el escenario».
Además de a las otras dos finalistas, la ganadora dejó en el camino a las representantes de Colombia y Filipinas, que integraron el grupo de cinco que alcanzó el último corte, y a las otras 75 concursantes que se hicieron presentes hoy en la ciudad israelí de Eilat.
Un certamen politizado
Como suele suceder con los eventos de esta magnitud que tienen lugar en Israel, la competencia fue precedida por una serie de controversias de tinte político.
Una de ellas fue la decisión de la participante sudafricana –que terminó tercera- de presentarse al certamen e ignorar el llamado del Gobierno de su país para que se retirase y no se asociara a su país con Israel «por las atrocidades cometidas contra los palestinos».
Muchos críticos de la política israelí respecto a los palestinos pusieron también el grito en el cielo al considerar que albergar este certamen es una forma de Israel de correr la mirada del conflicto.
Por otra parte, la presencia de las representantes de Baréin y de Marruecos fue celebrada por los medios y políticos israelíes, que vieron en ella una señal del creciente vínculo entre estos países e Israel, tras la normalización de relaciones diplomáticas el año pasado.
Según cifras del Ministerio de Turismo, el Gobierno israelí realizó una contribución de 6.5 millones de shéqueles (poco más de dos millones de dólares) a la organización del evento, que las autoridades confían contribuya a aumentar el turismo una vez que las fronteras vuelvan a abrirse a los extranjeros y a mejorar la imagen del país a nivel internacional.
La pandemia, una vez más protagonista
La decisión del gobierno israelí de vetar desde hace dos semanas el ingreso de turistas para evitar la propagación de la variante ómicron del coronavirus generó inicialmente temores de que la competición se cancelara y molestia entre algunos por las excepciones otorgadas a las concursantes y a fanáticos.
La principal huella de la pandemia, sin embargo, se percibió en las gradas, varias de ellas vacías frente a la ausencia de extranjeros y el aparente desinterés del público local.
Por otra parte, debido al aplazamiento el año pasado de la edición previa del certamen, el triunfo hoy de la representante de India marca el final del reinado más corto de la historia de Miss Universo, tras la coronación de la mexicana Andrea Meza en marzo de este año.