“Nos piden varios años de experiencia, títulos, certificaciones, cursos y más; pero el salario en muchos casos no alcanza ni para cubrir dos cosas básicas, como el arriendo y las cuotas del crédito educativo”, dice Johanna Rojas, profesional con estudio en finanzas y administración de empresas. Además, comentó que el mercado laboral es exigente con los jóvenes, pero los sueldos son bajos y las oportunidades, escasas.
En promedio, un ecuatoriano entre 22 y 28 años, con al menos dos años de experiencia, gana alrededor de $612 mensuales. Esos ingresos se posicionan entre los más bajos de la región.
Realidad en la región
De acuerdo con un estudio de la consultora Adecco, solo los jóvenes profesionales de Argentina ganan menos, con un salario medio que llega a los $490,84 al mes.
En la región, las mejores remuneraciones están en países como Chile, donde se puede llegar a pagar alrededor de $1.400, o Perú, con un promedio de un poco más de $981.
Ecuador está incluso por debajo de economías como la mexicana y la brasileña, donde a los jóvenes con pocos años de experiencia les ofrecen salarios de alrededor de $662,63.
La economía nacional genera bajos ingresos para varias profesiones importantes, lo que repercute en menos posibilidades de desarrollo personal y consumo.
Sin posibilidades de ahorro
Con bajos ingresos, más del 60% de los jóvenes profesionales ecuatorianos aseguran que no tienen espacio para ahorrar. Incluso, su capacidad de consumo es de casi la mitad de la que tenía sus padres a la misma edad.
Andrés Bustamante, economista y emprendedor, comentó que el mercado laboral ecuatoriano genera pocos o nulos rendimientos por la especialización o preparación. “Una de las principales críticas de los que regresan luego de estudiar fuera es que el nivel de inversión, en tiempo y dinero, no tiene ninguna relación con el nivel de sueldos que se ofrecen en el país”, dijo.
Por eso, al igual que sucede en economía como la Argentina, más del 70% de los jóvenes han pensado seriamente en algún momento en emigrar a otro lugar en busca de oportunidades de mayor calidad y con perspectivas reales de crecimiento profesional.
El 25% de los trabajadores con empleo formal en Ecuador, es decir, alrededor de 670.000 personas, tiene edades entre 22 y 28 años. Asimismo, más del 45% de los informales están dentro de ese mismo segmento de la población.
La ligera recuperación económica, con un aumento de los trabajos de calidad en el último año, ha beneficiado de manera parcial a los profesionales jóvenes, según Bustamante.
“Hay una mejora, pero que solo ha alcanzado a menos del 40% de los que están en la informalidad o el desempleo. Por cada una plaza en el mercado, se tiene más de una treintena de jóvenes con experiencia y conocimiento tratando de aplicar”, puntualizó.
La creciente crisis de los becarios
Alrededor del 49% de los ecuatorianos que consiguen beca para estudios en el exterior, se encuentran atrapados entre el desempleo y el subempleo cuando retornan al país.
Por eso, en el nuevo Reglamento de Becas y Ayudas Económicas, publicado a finales de octubre de 2021 por la Secretaría de Educación Superior (Senescyt), se eliminó la obligación de que esos becarios regresen al país para cumplir con su contrato con el Estado ecuatoriano.
De acuerdo con Manuel González, economista y exmiembro del grupo asesor presidencial durante el Gobierno de Lenín Moreno, esta medida no genera fuga de cerebros, sino un fenómeno virtuoso que beneficia a la economía ecuatoriana.
Entre los principales beneficios están que los jóvenes becarios que aprovechan oportunidades laborales en el exterior pueden generar contactos internacionales, recursos para investigación
Además, dadas las condiciones laborales complicadas en el país, es una pérdida de eficiencia pedirle a un becario, que ha conseguido un empleo en el extranjero, que regrese a Ecuador a una situación económica y profesional muy probablemente inferior. (La Hora)