La información sobre la reparación del radar que fue instalado en el Cerro Montecristi (Manabí) para la detección de actividad aérea irregular fue calificada como de seguridad nacional por el Ministerio de Defensa, es decir desde ahora es secreta y reservada.
El artefacto lleva casi dos meses inactivo y apenas funcionó once días. Según el Gobierno, el objetivo del radar era vigilar un espacio aéreo de 400 kilómetros aproximadamente, sobre todo para localizar aeronaves vinculadas al narcotráfico.
Para el exdirector de Inteligencia del Ejército, Mario Pazmiño, la declaración de información reservada «no es pertinente».
«Lo primero que debían haber considerado como reservado es la ubicación y no lo hicieron», aseveró Pazmiño.
En noviembre el ministro de Defensa, Luis Hernández, descartó un atentado como la posible causa del daño al radar y aseguró que si el desperfecto se produjo por una falla humana se iban a aplicar sanciones.
La Fiscalía General del Estado (FGE) abrió una investigación para determinar una presunta participación de los propios militares en la avería del aparato.
Tras el daño en el artefacto, Hernández aseguró que el espacio aéreo en Manabí estaba siendo custodiado por varios radares en mar y tierra de la Armada y el Ejército, respectivamente.
Con el radar en Montecriti, el Gobierno pretendía combatir a grupos narcodelictivos.
En la provincia costera los vuelos irregulares han operado durante años casi sin inconvenientes. Las autoridades han localizado y bloqueado más de 30 pistas aéreas clandestinas en esa jurisdicción. (Ecuavisa)