Teletrabajo: Las empresas de servicios se acoplan mejor a esta modalidad laboral

Después de casi dos años de pandemia y la implantación forzosa del teletrabajo en empresas y hogares, el trabajo remoto aún es un acertijo. La baja conectividad y la inversión en tecnología son retos que los empresarios deben superar, mientras que la conciliación entre el trabajo y la vida personal es un dilema diario para muchos trabajadores.

Cuando empezó la pandemia en Ecuador, en marzo del 2020, solo 14 147 empleados hacían su trabajo en forma virtual. En enero del 2022 eran 158 615 teletrabajadores, según el Ministerio del Trabajo. El incremento fue del 91%.

Para las empresas de servicios y comercio ha sido menos complicado adaptarse a la nueva modalidad. El Ministerio de Trabajo registró a 1 946 empresas que aplicaron el trabajo remoto al inicio de la pandemia. Un 40% pertenecía al sector de servicios; el 17% al comercio; el 15% a diversas actividades profesionales y el 28% agrupaba al resto de sectores.

Solo un puñado de empresas habían implementado previamente alguna forma de trabajo remoto, lo que les permitió adaptarse rápidamente a la virtualidad.

En ese grupo está Telefónica Movistar, que incorporó desde 2018 una modalidad laboral híbrida, es decir, sus colaboradores combinaban trabajo presencial con teletrabajo. Cuatro días a la semana iban a la oficina y un día hacían ‘home-office’.

Al inicio, cada colaborador escogía el día para hacer trabajo remoto. El horario en esta modalidad sigue siendo flexible, es decir, cada empleado decide la hora en que inicia sus labores, señaló Vilma Vallejo, consultora de Recursos Humanos de la firma.

Cuando llegó la pandemia no fue difícil continuar sus operaciones de forma remota, no solo por ser una empresa de servicios, sino porque ya había iniciado una transformación hacia lo digital. “A nivel de conectividad y de herramientas de trabajo estábamos muy bien acoplados. Cuando llegó la pandemia nos adaptamos rápidamente a trabajar en casa toda la semana”, dijo Vallejo.

Los colaboradores de la empresa cuentan con equipos, conectividad y herramientas necesarias para realizar ‘home-office’ y parte de los gastos cubre la compañía. También se llegó a acuerdos con los empleados para que puedan adquirir sillas ergonómicas.

Actualmente, el 93% de la nómina hace teletrabajo por completo. Cuando las actividades se normalicen seguirán haciendo un trabajo híbrido, ya que la empresa considera que también es importante la convivencia entre los colaboradores.

Otras empresas han tenido que adaptarse al teletrabajo de forma acelerada. La cementera Unacem – Ecuador, ubicada en Otavalo, tuvo que paralizar sus operaciones al inicio de la pandemia y derivó a teletrabajo a aquellas áreas esenciales para el negocio.

Tras el cierre, la cementera empezó a trabajar en un protocolo técnico y en capacitación para la reactivación, tanto en temas de bioseguridad como en las formas de afrontar los retos del teletrabajo emergente, incluyendo el abordaje de riesgos psicosociales, señaló el departamento de Recursos Humanos de la compañía.

La empresa adoptó nuevos esquemas de trabajo y combinó trabajo presencial y teletrabajo emergente incluso en áreas técnicas operativas. Por ejemplo, implementó una estación de trabajo remoto en la casa de uno de los operadores del panel de control, para que haga monitoreo y administre todas las operaciones de la planta industrial, algo antes impensable, señaló la cementera. Esto requirió una inversión que alcanzó los USD 2 millones, para la automatización de procesos.

Antes de la pandemia, esta empresa no había contemplado al teletrabajo como una de sus modalidades laborales, pero tras la experiencia, el Comité empresarial está evaluando incluir dentro de su política la opción de trabajo remoto para cargos administrativos.

Ahora, también hay empresas que definitivamente no han podido hacer teletrabajo a pesar de la pandemia, por la naturaleza de su negocios. Así lo señalan Pablo Viteri, de la empresa Pacific Bouquet, y Klaus Graetzer, gerente de Ecuagarden. Para las dos empresas florícolas representaron un desafío los confinamientos ya que sus colaboradores no pueden dejar de trabajar de forma presencial en las fincas de flores. El trabajo es manual y las flores necesitan cuidado constante.

Menos del 5% del personal que trabaja en la industria podría hacer teletrabajo, principalmente aquellos que están en la parte administrativa. Sin embargo, las florícolas no han considerado tener esta modalidad de forma permanente.

Después de 21 meses de pandemia, el teletrabajo no es una opción para todos los sectores económicos. El último dato proporcionado por Trabajo es que 7 299 compañías realizan algún tipo de trabajo remoto actualmente, de ellas el 45% pertenece al sector de servicios; el 18, a comercio y el resto pertenece a otros sectores.

TESTIMONIOS

‘La comunicación es más cercana, efectiva y fluida en el trabajo presencial’

Verónica Jiménez,?Ph.D en educación y nuevas tecnologías

Verónica Jiménez ha tenido que adecuar espacios en su casa para sentirse como en una oficina y poder realizar su trabajo. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

La comunicación y el contacto con los compañeros de trabajo es muy importante para la interacción y la resolución de problemas, por lo que yo prefiero la presencialidad.

Pero ahora, por medidas de bioseguridad, debo laborar en una modalidad mixta y pasar en casa.

Antes de la pandemia nos reuníamos todos los días en la empresa y trabajábamos en conjunto. Era más fácil comunicarnos entre los compañeros por la cercanía que teníamos.Luego adoptamos rápido la virtualidad, porque trasladamos la experiencia de nuestro trabajo en Poliestudios, que está relacionado con la educación virtual.

No obstante, al inicio fue muy difícil para mí adaptarme al cambio. Tuve que generar rutinas de apoyo con mi familia porque tenía que encargarme simultáneamente del trabajo, de mis tres hijos, de mi mamá y abuela que viven conmigo. Por ejemplo, ellas, como me veían en la casa, buscaban mi atención y apoyo.

Fue un tiempo muy difícil y de mucha exigencia. Llegó un momento en que quería salir corriendo y, al final, me encerraba en mi estudio para que no me molestaran y pudiera trabajar.

Creo que esa parte de la virtualidad afecta drásticamente, sobre todo a las mujeres trabajadoras, ya que debemos seguir siendo el eje del hogar y podemos sentirnos desbordadas por la carga.

Para sobrellevar el teletrabajo he tenido que generarme una rutina, con horarios. Con mis hijos tuve que impulsar la independencia, para que no requieran tanto de mi ayuda mientras laboro.

Además, tengo una persona que me ayuda con las tareas del hogar y eso me aligera la carga para poder trabajar desde casa.

En mi trabajo establecimos horarios de reuniones virtuales y tenemos una lista de revisión de las actividades que tenemos que cumplir, eso me ayuda a llevar mejor los procesos.

De todas formas, creo que con la virtualidad se han ampliado mucho mis horarios de trabajo, ya que en la presencialidad se cumplen las ocho horas, a veces con horas extras, y uno regresa a casa y siente el cambio de espacio.

No es lo mismo terminar de trabajar y llegar al hogar para compartir en familia y demostrarles amor a nuestros hijos, que teletrabajar y ver todo el caos que se puede convertir la casa, porque esto genera un desgaste físico y emocional, que puede afectar el rendimiento laboral.

‘Con el teletrabajo puedo estar con mi hijo y tener otros proyectos’

María José Pazmiño, productora audiovisual y creadora de contenido

María José Pazmiño organiza sus actividades laborales para tener tiempo de compartir con su hijo y acompañarlo en su crecimiento. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

El teletrabajo me ha ayudado a pasar más tiempo con mi hijo, algo que valor mucho y que me da la oportunidad de estar presente en su crianza.

Actualmente me encargo de la creación de contenido digital de una empresa que está ubicada en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, por lo cual hago trabajo remoto de forma permanente. Antes trabajaba en otros lugares que no tenían esta modalidad y debía buscar a alguien que cuide a mi hijo de seis años. Yo le pagaba a esta persona y en eso se me iba casi la mitad de mi sueldo. Entonces, decidí buscar opciones laborables más flexibles.

El organizar mis tareas sí es un poco complicado. Todos los días me levanto a las 06:30, alisto a mi hijo, le doy el desayuno y lo llevo a la escuela que está cerca de mi casa.

Cuando regreso puedo desayunar con mi esposo y me pongo a trabajar desde las 09:00 hasta el medio día. A esa hora me pongo a cocinar y voy a retirar a mi hijo de la escuela para almorzar juntos.

Por la tarde continúo trabajando. Lo bueno es que mi hijo es muy independiente, entonces cuando está en casa juega, se pone a pintar o sale a jugar en el patio del conjunto donde vivimos.

También tenemos tiempo de hacer cosas juntos; por ejemplo, si quiere ver una película lo acompaño mientras trabajo.

En realidad, mi jornada laboral no es continua porque mientras hago mis actividades también pongo a lavar la ropa, la cuelgo o hago otras tareas del hogar. No paso todo el tiempo sentada trabajando frente al computador.

De todas formas, siempre me organizo para entregar mis trabajos a tiempo. A veces me quedó trabajando más de mi horario laboral para compensar los tiempos que dedico a otras cosas.

También hay días en los que termino mis labores antes y me dedico a otras actividades profesionales extras o a pasar más tiempo con mi familia.

Me gusta mucho la flexibilidad que el teletrabajo me da porque puedo hacer otras cosas, sin perder tiempo en traslados ni gastar dinero por movilizarme.

Debo admitir que ha sido un poco estresante el hecho de no poder compartir con compañeros de trabajo en persona, aunque mantenemos esa dinámica a través de videollamadas. Mi jefa es una de mis mejores amigas y cuando nos comunicamos virtualmente aprovechamos para hablar del trabajo y también de nuestros propios temas.

Además, intento salir con mi familia después del trabajo, para evitar estar encerrada en la casa. Eso me ayuda a distraerme y a romper la rutina.

  • Para trabajar remotamente se recomienda tener un espacio adecuado, con un escritorio y silla ergonómica, que esté cerca de la ventana para recibir sol y tener una interacción con el exterior.
  • También se recomienda la comunicación con amigos, para manejar la soledad. Otra opción es formar grupos con personas que estén viviendo la misma situación para compartir soluciones.
  • La organización es fundamental, para lo cual se necesita establecer un horario para las actividades laborales, familiares y personales. No hay que estresarse si el plan no se llega a cumplir 100%.
  • Los momentos de pausa entre las tareas laborales y domésticas ayudaron a distraerse, relajarse y tomar energía para seguir con la jornada. Se recomienda salir al aire libre y caminar.

(Lucía Vásconez/El Comercio)

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