Los frecuentes ataques epilépticos que sufría una adolescente de 16 años llevaron a que su familia confíe en Juan Carlos S., un hombre que ofreció calmar su dolencia empleando métodos propios de un curandero y quien, además, sería pastor de una iglesia.
Lejos de aliviar su dolor, el procesado habría vulnerado su integridad sexual. Por ello, Fiscalía lo procesó por su presunta participación en el delito de violación.
En la audiencia de calificación de flagrancia, el fiscal de turno, Samuel Benavídez, presentó los suficientes elementos de convicción que harían presumir la comisión de la infracción penal por parte del imputado.
El examen médico-legal, la denuncia y versión de la madre, así como la rendida por la víctima, fueron parte de estos elementos que Fiscalía puso en conocimiento de un Juez de Garantías Penales, quien –acogiendo un pedido fundamentado del Fiscal– ordenó la prisión preventiva para Juan Carlos S.
La instucción fiscal para este caso tiene una duración de treinta días.
Ofertas de sanación
Debido a la enfermedad de la víctima, ella acudió hasta un establecimiento en el que el supuesto pastor daba sus “terapias de sanación”, ubicado en el sector de La Villaflora, en el sur de Quito.
En ese sitio se habría registrado la agesión sexual en contra de la víctima, quien fue objeto de amenazas de agresiones por parte de su presunto victimario, si es que ella contaba algo de lo ocurrido.
Al enterarse de los hechos, la madre de la adolescente se dirigió hasta la Unidad de Flagrancia para formalizar la denuncia.
Tras haber conocido de la supuesta comisión del delito, Fiscalía dispuso todas las diligencias pertinentes para atender el caso, con el fin de recabar los elementos de convicción expuestos en la audiencia.
Asimismo, solicitó colaboración policial para la ubicación del sospechoso, quien fue aprehendido en flagrancia.