(El Comercio) La meta es el 30 de septiembre del 2022. Hasta esa fecha, el Gobierno espera llegar al 90% de cobertura de refuerzos contra el covid-19, una cifra distante porque 6,8 millones de ecuatorianos mayores de 12 años aún no recibían al primer refuerzo hasta el 11 de agosto del 2022.
La sombra del plan 9/100 presiona el Ministerio de Salud Pública (MSP) que, ahora con el acompañamiento de la Vicepresidencia de la República, ha vuelto a pedir el apoyo de la empresa privada. El fin de semana del 13 de agosto, por ejemplo, abrió puntos de vacunación en centros comerciales para aprovechar el feriado.
Pero expertos sugieren pensar de manera focalizada. Algunas provincias amazónicas tienen los porcentajes más bajos, incluso en el esquema inicial, como en el caso de Morona Santiago, en la cual el 32% de la población aún no tiene la primera dosis. También sucede en la Costa, donde Manabí es una de las más rezagadas en refuerzos, con un 64% pendiente de recibir el primero.
Hay dos frentes de trabajo
Melba Rodríguez, gerente institucional de la Gestión del Plan Nacional de Vacunación, explica que tienen identificados al menos dos grupos con mayor retraso con los que están trabajando: los habitantes de áreas rurales y los menores de 17 años.
Geográficamente, hay más complicaciones en las provincias con poblaciones dispersas. El difícil acceso y la no aceptación de la vacuna son los obstáculos que esperan superar con una mayor inversión en movilización para que las brigadas puedan llegar y con el respaldo de los líderes comunitarios para romper los mitos.
En cuanto a edades, los niños y adolescentes tienen menor protección. La inmunización de los chicos de 3 y 4 años está por debajo del 43% en primera dosis. Y los refuerzos en la población de 12 a 17 años no alcanzan el 27%.
Jair tiene 13 años y recibió la segunda dosis la semana del 8 de agosto de 2022. Su mamá, Elena Bermúdez, no recuerda cuándo le aplicaron la primera y ahora acudió solo porque en la escuela se lo pidieron. El jovencito puso el brazo sin medio en el vacunatorio municipal de Mucho Lote, en Guayaquil, que por estos días está desolado.
Las provincias con grandes ciudades tienen contrastes. Si bien Pichincha tiene una buena cobertura -con altas cifras en Quito-, en Guayas aún falta por cubrir una buena cantidad de población, principalmente, en Guayaquil.
En Morona Santiago, la provincia con el porcentaje más bajo en primeras dosis, hay unas 60 400 personas que no se han vacunado. Igualmente, en Guayas son 650 000 las personas no han recibido ni una sola inyección.
Casi 2,1 millones de ecuatorianos no han puesto el hombro contra el coronavirus. Y para completar los dos refuerzos -que se empezaron a aplicar en noviembre de 2021-, resta por alcanzar a 10,3 millones. El MSP espera abrir grandes sitios de vacunación, a más de 1 900 centros de salud donde hay dosis disponibles.
Para Enrique Terán, experto en Farmacología, es necesario dar un giro a la estrategia comunicativa. En la primera fase de vacunación el mensaje era evitar las muertes. Ese indicador ahora se mantiene a la baja, por lo que ya no tiene impacto.
Para promover la necesidad de los refuerzos, Terán recomienda informar sobre las secuelas de las infecciones recurrentes por covid. El poscovid afecta al sistema nervioso, cardiovascular y respiratorio
El MSP tiene por ahora tres millones de dosis disponibles; más del 90% es de Sinovac. El país también espera un lote por donación y está negociando la compra de otros 2,5 millones de dosis reformuladas, que dan protección contra la variante Ómicron.
Las poblaciones indígenas se resisten
Los cantones Huamboya, Pablo Sexto, Palora, Tiwintza, Taisha y San Juan Bosco, de alta población shuar en Morona Santiago, registran entre 70 y 210 personas vacunadas con el segundo refuerzo.
María Wachapá vive en Huasaga, en el cantón Taisha, donde se ingresa en avioneta. Tiene cuatro hijos, mayores de 3 años, y ninguno se ha vacunado porque no creen en los biológicos.
Ella reconoce que hace algún tiempo llegó una brigada médica del MSP, pero no aceptaron la vacuna. “Combatimos los virus con nuestra medicina natural, con infusiones de plantas de nuestra selva”. Por eso cree que quienes fallecieron por el virus no siguieron el tratamiento ancestral.
Rómulo Galarza, en cambio, vive en Macas. El hombre de 60 años se puso las dos primeras vacunas y luego se dejó ganar por los comentarios de presuntos efectos en la salud.
Hace seis meses él y su esposa, Jéssica Misquero, se contagiaron. Ella tiene tres dosis aplicadas y una enfermedad pulmonar preexistente, por lo que cree que las vacunas sí les ayudaron a que los síntomas sean leves.
Para Julio Molina, médico y excoordinador zonal 6 de MSP, el aumento de casos que también enfrenta Morona Santiago podría derivar en una nueva saturación de la red de salud. Por eso recomienda fortalecer el trabajo comunitario para llegar a las familias a través de los líderes y un barrido con brigadas médicas en las poblaciones dispersas.
Retomar el carné
Verónica Zambrano es parte de las 61 700 personas que han completado los refuerzos contra el covid-19 en Manabí. Apenas el 6% de los manabitas mayores de 18 años ha completado el esquema de cuatro dosis contra el virus.
Y aunque hace 15 días volvió a enfermarse, asegura que esta vez no tuvo mayores problemas. Tan solo sufrió un ligero incremento de temperatura y una gripe temporal; cree que las vacunas le ayudaron.
Si bien las cifras en general son bajas en la zona 4 (que abarca Manabí y Santo Domingo), el epidemiólogo Alexis Pérez recomienda dar prioridad a los grupos de riesgo: diabéticos, hipertensos, personas con problemas cardíacos. “Hay que seguir esa lógica inicial de cuidar a los más vulnerables, incluso a los niños”, indica.
Las estrategias con compensaciones son otra opción. El directivo de la Cámara de Comercio de Santo Domingo, Luis Zavala, asegura que la idea de que se ajuste un carné con descuentos en compras y ciertas excepciones en impuestos ayudaría a acortar las brechas.
Volver a pedir el carné es una opción que defiende Luis Pasos. El presidente del colegio de Médicos en Santo Domingo recuerda que muchos accedieron al esquema inicial para poder ingresar a espacios comerciales. Al retirar esa disposición algunos se quedaron solo con dos dosis.